Bob Geldof, estrella del pop benéfico en los ochenta, se
refirió en ‘Apuntes de Frank Gehry’ a esa arquitectura que puede jodernos la
vida, la vista y el paisaje. Es verdad. Ardua tarea la que tienen por delante
sus profesionales liberales: conciliar honorarios con proyectos necesarios y
edificativos, racionales y estéticos. Que sirvan a la urbe y a sus habitantes,
no a intereses espurios, o a las ansias cortoplacistas de la administración de
turno. Me hago cargo de la dificultad que entraña esta misión, y de las
tentaciones con las que han de encontrarse en el camino hacia el noble arte de
la edificación.
El destino de La Mundial, hostal de cuando éramos denodados
malagueños, situado en el Hoyo de Esparteros, está fatalmente unido a un figura
en el escalafón del gremio: Rafael Moneo. La plataforma ciudadana creada para
su defensa echa pestes del proyecto del arquitecto, el cinco estrellas que
supone una excusa para derribar el hostal de los Loring Heredia. Tampoco es que
rechacen la construcción del hotelazo en sí, sino el hecho de que se haga allí.
El Pritzker español, al parecer, se ha enamorado perdidamente del lugar, y la
norma se ha adecuado, como no, al plan previsto. Los detractores del arquitecto
tiemblan (por mazacotes como el que diseñó para el mercado de Ávila), mientras
que los defensores del vecino de Atarazanas, creado por Eduardo Strachan,
siguen recogiendo firmas en la red para salvarle, y lamentan que a la ciudad
decimonónica, a este paso, no la va a reconocer ni la madre que la parió. Pasa,
sin embargo, que iniciativas como la de esta plataforma no gozan de la misma
devoción popular que se pueda encontrar en el Puente de la Esperanza un Lunes
Santo. Precisamente allí, en mitad de la bulla, hace apenas una semana, se
alzaba todavía desafiante la centenaria pensión; que espera, acaso resignada,
el ascensor para el cadalso. No pocas procesiones se habrán visto desde sus
balcones curvos. No pocas historias de viajantes, amantes y buscavidas se
habrán vivido entre sus muros. Nuestro desdichado patrimonio sumará, pronto,
otra batalla perdida. Y ningún fachadismo de pegote consolará la ausencia de su
presencia.
(Artículo publicado el 1 de abril de 2013 en las páginas de
Cultura y Sociedad de Diario SUR)
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