jueves, 30 de octubre de 2008

Recuperación del Cementerio de San Miguel
















Resurgir entre cenizas
El cementerio de San Miguel empieza a dar signos de transformación tras siete años de trámites para el traslado de restos humanos. El Ayuntamiento ha finalizado la renovación de los nichos de la entrada, que se usarán como columbarios a partir del mes que viene

CRONOLOGÍA

1810: Se bendice e inaugura el cementerio de San Miguel tras una real cédula de 1787 del Rey Carlos III en la que, por razones sanitarias, se prohíbe seguir enterrando en las iglesias y los conventos.

1829: El cementerio queda cercado siendo rey Fernando VII y gobernador militar y político de Málaga José Manso, según figura en el pórtico de la entrada desde la plaza del Patrocinio.

1837: Se inaugura la capilla, que en 1848 es restaurada por la familia Heredia.

1844: Se levanta el primer mausoleo, realizado por el arquitecto Cirilo Salinas, en memoria de Salvador Barroso. A éste, seguirán otros muchos hasta llegar a 246.

1848: Redistribución del camposanto diseñada por el arquitecto Rafael Mitjana.

1863: Nueva distribución de la parcela bajo las directrices del arquitecto José Trigueros.

1987: El Ayuntamiento clausura el cementerio.

1996: Nace la Asociación de Amigos del Cementerio de San Miguel.

Repararán el exterior de una veintena de panteones


ENTRAR en el recinto es penetrar en una valiosa biblioteca pétrea que guarda los tomos de la memoria de la Málaga de los dos últimos siglos. Veinte años después de su clausura oficial, el cementerio de San Miguel sigue abriendo cada día sus puertas para todos aquellos que quieran acercarse a contemplar uno de los camposantos más monumentales del país. Tras siete años de trámites para el traslado de restos humanos, empiezan a verse en la zona los primeros resultados de la transformación desarrollada por el Ayuntamiento para poner en valor un lugar cargado de historia.

Una de las actuaciones que ya está terminada es la reforma de las dos paredes de nichos que enmarcan la entrada desde la plaza del Patrocinio. En ellas, Parcemasa ha habilitado medio millar de huecos que serán utilizados como columbarios a partir del mes que viene, según informó la concejala responsable de esta empresa municipal, Carolina España. En principio, las cenizas que se guardarán en esta zona serán las de los restos humanos que fueron exhumados para poder proceder a su recuperación. No obstante, el Consistorio no descarta que puedan depositarse las de otros difuntos en el futuro, si quedan algunos columbarios sin utilizar.

El arquitecto de este proyecto, Javier Candela, explicó que la reconstrucción de los nichos se ha realizado con ladrillo visto para mantener la imagen de esta parte del cementerio, en la que incluso se ha conservado algunas lápidas que indican propiedades, como las de la Pontificia y Real Archicofradía de Luz y Vela o de las Siervas de María Ministras de Enfermos. En el paño más próximo a la zona de camposanto que fue convertida en parque urbano hace ya varios años se ha mantenido únicamente un enterramiento que Parcemasa no ha podido retirar. «Al parecer, los familiares del difunto no se han puesto de acuerdo y no ha sido posible mover el cadáver de aquí», comentó el arquitecto.

Inversión
Con la salvedad de ese nicho, el resto ya están listos para ser utilizados como columbarios por lo que, después de dos décadas, el cementerio volverá a albergar entierros. El gerente de Parcemasa, Rafael Tovar, apuntó que esta obra ha supuesto una inversión de unos 200.000 euros a la que hay que sumar los 400.000 que se están empleando en la segunda fase de la transformación del recinto.

Esa fase, que ya está en obras, consiste en construir un nuevo cercado en el lateral que da al parque de San Miguel y otro en el que da hacia la zona de Olletas, donde también está prevista la realización de un pequeño parque y un vial que bordeará todo el conjunto. Placas de mármol beige y una verja conformarán ambos muros, que tendrán una altura de unos cuatro metros para garantizar la seguridad del cementerio. En su trazado se respetarán las puertas existentes, incluida una con pórtico que está cerrada actualmente y que constituía una de las principales entradas al lugar.

Dentro de esa segunda fase, realizada por la constructora Graman al igual que la primera, también se han llevado a cabo varias hileras de columbarios a los que se trasladarán los restos de los muros con nichos que aún tiene que demoler el Ayuntamiento para poder cerrar el cementerio hacia la zona del camino del Colmenar. Esa será una tercera fase del proceso para la que ya se han exhumado numerosos cadáveres.

Durante una visita al camposanto, la edil Carolina España resaltó la complicación que tienen este tipo de operaciones, ya que requieren de una serie de trámites por parte de la Administración local y de los propietarios de los nichos para poder proceder al desalojo del cementerio. «De ahí que hayan pasado varios años hasta que hemos podido empezar con la mejora de todo el conjunto», dijo.

España confió en que, a lo largo de este año, pueda completarse esa tercera fase y quede delimitada del todo lo que conformará la parcela del cementerio. En el resto de terrenos que fueron liberados de enterramientos hace años está prevista la realización de pistas deportivas y un centro polivalente de barrio dotado con biblioteca, hogar de jubilados, salón de actos y sedes para asociaciones. Además, esos suelos servirán para redefinir el trazado del llamado 'vial de cornisa', que dará continuidad a la avenida de Manuel Gorría hacia el pasaje del Colmenar y el camino de los Almendrales.

No obstante, esas actuaciones corresponderán a otros departamentos municipales. Lo concerniente a Parcemasa culminará con una cuarta fase, aún por definir totalmente, que implicará la demolición de algunos bloques de nichos sin valor arquitectónico alguno existentes entre los panteones históricos, la rehabilitación de alguno de éstos, la renovación del pavimento de las calles del cementerio y la creación de zonas verdes.

En todas estas actuaciones colaborará de manera decisiva una escuela-taller creada a principios de este mes desde el Instituto Municipal de Formación y Empleo, gracias a la colaboración de la Junta de Andalucía, que estará dedicada exclusivamente a la recuperación de San Miguel.

Un total de 42 alumnos han empezado ya a formarse para poder emprender labores de mejora en el lugar dentro de los módulos de albañilería, jardinería, pintura y forja. El director de la escuela, Juan Antonio Torralbo, puntualizó que la labor de estos aprendices, que se prolongará hasta el mes de febrero de 2009, servirá para restaurar las fachadas y los edificios que dan a la plaza del Patrocinio, para crear dentro del cementerio zonas verdes que ocupen los huecos que dejarán los bloques de nichos que serán derribados, para mejorar la evacuación de aguas de la parcela y para efectuar mejoras en el aspecto exterior de algunos panteones históricos, incluida la capilla del cementerio, que forma parte del panteón de la familia del ilustre personaje malagueño Manuel Agustín Heredia. Además, los alumnos terminarán de realizar algunos columbarios nuevos y fabricarán verjas de forja para algunas de las puertas que se reconstruirán.

Bicentenario
El presidente de la Asociación de Amigos del Cementerio de San Miguel, José Luis Cabrera, mostró a este periódico su satisfacción por la creación de esta escuela-taller y agradeció al Ayuntamiento el que la haya promovido. Esta asociación, que posee una completa página web en la que figura una detallada historia del cementerio y de todos y cada uno de sus panteones, espera que la mayor parte de las mejoras puedan estar concluidas para el año 2010, cuando se cumplirán dos siglos de la inauguración del recinto.

Ese año se perfila como momento idóneo para la puesta en marcha de un museo, previsto en el proyecto para la recuperación del cementerio, en el que se mostrará su historia y la de los personajes cuyos restos reposan en sus sepulturas. Se ubicará en los edificios de la plaza del Patrocinio. «Será muy interesante poder contar con esa sala de interpretación de San Miguel y de la Málaga del XIX», subrayó José Luis Cabrera, quien aportó la idea de que el museo incluya un archivo informático en el que puedan recogerse los libros de enteramiento de todos los cementerios de Málaga, una base de datos que sería de gran ayuda para los historiadores.

De las mejoras que se hagan en el cementerio en los próximos tres años dependerá que San Miguel llegue a su doscientos cumpleaños con una imagen renovada que hará que los malagueños redescubran un espacio monumental. MÁS INFORMACIÓN I Asociación de Amigos del Cementerio de San Miguel.
http://www.cementeriosanmiguel.com/

TEXTO: JESÚS HINOJOSA Diario Sur

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