sábado, 5 de junio de 2010

El jurado que puntuó esta semana los corralones del Perchel y La Trinidad, entre ellos un servidor y el responsable de la asociación Málaga Monumental, Salvador García Aranda, pasó por este rincón (Llano de la Trinidad)y muchos sentimos vergüenza ajena ...


Sobre el antiguo cine Plus Ultra -Emperador de Rivera Vera se ha construido un vulgar edificio que nada aporta a la Plaza. 




Alfonso Vàzquez. La Opiniòn de Màlaga . 05/06/2010

Los asesores que planifican las elecciones municipales deben indicar cuanto antes a nuestro equipo de gobierno que «no se le ocurra dejarse ver por el Llano de Doña Trinidad».




Las consecuencias políticas podrían ser desastrosas para la imagen de nuestros cargos electos. Imagínense al alcalde candidato entrando en esa plaza degradada, en el corazón del Perchel, una «terra incognita» en la que los jubilados se lamentan a cualquier que pase del cutrerío que tienen que soportar. De inmediato los vecinos preguntarían al Ayuntamiento por qué nunca hay dinero para rescatar este decorado de la guerra de Bosnia, escoltado por solares, basura y una joya de Casa de Socorro de 1918, del arquitecto Guerrero Strachan, utilizada como comisaría. A su lado, donde estaba el cine Plus Ultra de Rivera Vera, se alza un edificio moderno de aires minimalista, casi de aspecto ibicenco, lo más entero que puede apreciarse en la zona.



Pero lo peor viene cuando vemos lo que hay en medio: una de las plazas más dejadas de Málaga en todos los aspectos. El jurado que puntuó esta semana los corralones del Perchel y La Trinidad, entre ellos un servidor y el responsable de la asociación Málaga Monumental, Salvador García Aranda, pasó por este rincón y muchos sentimos vergüenza ajena y la verdad, echamos en falta a las cámaras de Callejeros, siempre en busca de rincones degradados con los que entretener a su audiencia. Tomen nota.



La hierba crece en mitad de la plaza, entre las losetas levantadas y en los alcorques vacíos. Uno de los alcorques de los extremos, que soporta un árbol de gruesas raíces, está a rebosar de botellas por la falta de educación de los usuarios.



Los jubilados se sientan como pueden en los pesados bancos de la plaza, algunos de ellos rotos y volcados, y a uno le viene a la cabeza la imagen de esos rincones abandonados de La Habana, paralizados en el tiempo por la sandez integrista de los hermanos Castro.



Pero Málaga debería ser otra cosa bien distinta. Que el Llano de Doña Trinidad ofrezca un aspecto tan insoportablemente dejado en 2010 es una vergüenza sin justificación alguna.



Por todo estos datos, se ruega al candidato del equipo de gobierno que por su propio bien electoral no se acerque mucho por los alrededores. Hay que cuidar la imagen, aunque la del Llano ni se encuentra ni se le espera.

No hay comentarios: