La Victoria recupera su fachada
La obra de Daniel Rubio vuelve a la vida tras una compleja rehabilitación. Parte del nuevo conjunto residencial, con treinta viviendas, está retranqueado hacia el interior para respetar la estética original
21.06.10 - 01:44 - IGNACIO LILLO SUR
Uno de los edificios más emblemáticos de la céntrica calle Victoria ha vuelto a nacer. Después de permanecer más de una década escondido detrás de un andamio, y otros dos años en obras de reconstrucción y rehabilitación, el inmueble que ocupa el número 13 de esta vía, obra del arquitecto Daniel Rubio de principios del siglo XX, volverá a estar habitado en breve.
El nuevo inmueble es realmente la suma de dos, aunque a pie de la calle Victoria sólo se puede ver una pequeña parte, la que emplea la fachada original, de estilo regionalista neomudéjar, cuya decoración y colorido recuerda a una de las obras maestras del autor, el mercado de Salamanca, en la barriada del Molinillo. Tiene planta baja (con locales comerciales) y dos alturas de viviendas, en las que se ha prestado especial cuidado a la insonorización, por estar al pie de uno de los ejes más bulliciosos del Centro. De esta forma, recupera el uso residencial que tuvo durante el pasado siglo, y ya se encuentra entre los principales exponentes arquitectónicos del barrio 'de chupa y tira'.
El grueso de la promoción está retranqueado para respetar la estética original del conjunto. Desde un amplio patio interior se abre la segunda parte del conjunto, bajo diseño del estudio de arquitectos malagueño de Juan Antonio Torres y Blanca Cano, realizado por encargo de la promotora Anfrasa. Sobre dos subterráneos de garajes se elevan cuatro plantas de estudios y pisos de uno y dos dormitorios.
Áticos con vistas
Los áticos son las piezas más destacadas del conjunto, y se asemejan a chalés adosados con amplias terrazas-solarium y vistas hacia el monte y el castillo de Gibralfaro. De hecho, la disponibilidad de espacio al aire libre para disfrutar del buen tiempo es otro de los ejes del proyecto.
La construcción ha resultado especialmente compleja, por cuanto el solar estaba envuelto, a ambos lados y a su espalda, por un conjunto de viviendas, mientras que el frente lo ocupaba la fachada protegida, lo que dificultaba mucho la operatividad de la maquinaria.
Precisamente, la construcción de aquella urbanización de Viviendas de Protección Oficial (VPO) en 1998 obligó a apuntalar la fachada con un molesto contrafuerte. Ahora, tras doce años de espera, la urbanización está por fin lista para albergar a sus nuevos vecinos.
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