domingo, 20 de junio de 2010

La semana popular de los corralones, desde el 31 de mayo al 5 de junio, incluye visitas guiadas a los edificios

El turismo llama a los corralones de El Perchel


LUCAS MARTÍN. LA OPINION DE MÁLAGA
Parecen un ventanal a otro tiempo, un rincón exótico de una ciudad marítima, una naturaleza muerta de Oriente. Son indudablemente malagueños, casi con denominación de origen, pero las décadas les han dado extrañeza. Los corralones viven en el barrio de la Trinidad y El Perchel, algunos construidos a principios de siglo y otros a imitación. Quedan poco más de un centenar y aspiran a convertirse en un nuevo elemento turístico que rompa definitivamente con su antigua fama de marginación y miseria.

La evolución de los últimos años ha sido notable. Se han rehabilitado edificios y avanzado en la integración. Según explica el director de servicios sociales del barrio, Cristóbal Gil, entre sus habitantes abundan las personas mayores, que reciben ayuda, en caso de necesidad, por parte de la Junta y el Ayuntamiento. Los corralones son otros y eso se nota en la actividad de los residentes, que preparan en estos días, junto al área de Bienestar Social, su semana de fiestas.

El programa supone una oportunidad para dar visibilidad a la arquitectura de los edificios, que abrirán sus puertas, en visitas guiadas, entre el 1 y el 5 de junio. Una actividad que acompañará al tradicional concurso de patios y balconadas, en el que participarán un total de 57 comunidades. El jurado, que en convocatorias anteriores reclutó al urbanista Salvador Moreno Peralta, diseñador de algunos de los más modernos, contará este año también con una representación de artistas y académicos. La edil de Bienestar Social, Mariví Romero, destacó el valor estético y de unidad del certamen, que ha multiplicado el interés de los vecinos en las últimas ediciones.

Un vistazo al corralón de Santa Sofía, el más ilustre del barrio, es suficiente para mostrar la maña que se dan los residentes con los arreglos florales. Las macetas adornan las paredes. En uno de los apartamentos, custodiado por su inquilina, se filtra la luz de un patio interior en el que una planta sirve de decoración lorquiana, austera y andaluza. «Son, sin duda, una postal inmejorable y desconocida», detalló Diego Maldonado, concejal del distrito Centro.

De acuerdo con Mariví Romero, las fiestas, unidas indefectiblemente a la dimensión social y de desarrollo, no han reducido su programa, que contará, además, con juegos y la actuación de coros rocieros, entre ellos el de los propios vecinos. Destaca igualmente la verbena de la Peña La Chamba, que tratará de emular las fiestas marineras.

Mientras la concejal atendía a la prensa, los vecinos curioseaban desde sus balcones. Uno de ellos aprovechó para quejarse de la población de palomas y fue atendido directamente por los servicios del Ayuntamiento. Se les veía orgullosos, dejando tímidamente entrever el interior de sus apartamentos. Otros peroraban con indiferencia en una de las esquinas del patio, acomodados en sillas de playa. La vida del edificio de Santa Sofía, su cadencia de conversación y verano, no se detiene. Del 31 de mayo al 5 de junio, los corralones aguardan.

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