domingo, 26 de septiembre de 2010

El plan para Hoyo de Esparteros ha levantado suspicacia y prevención en algunos arquitectos consultados por La Opinion de Málaga.

Los arquitectos respaldan el proyecto de Moneo, pero cuestionan la solución adoptada


Consideran que la revisión del plan especial debió hacerse antes ya que ahora puede dar lugar a aplicar un mismo rasero

JAVIER GARCÍA RECIO. LA OPINION DE MÁLAGA
 La solución planteada por la Administración local y autonómica para que Málaga cuente con el primer edificio diseñado por el arquitecto Rafael Moneo, que proyecta construir un hotel de lujo en la esquina de Hoyo Esparteros, ha levantado suspicacia y prevención en algunos arquitectos consultados por La Opinion de Málaga.

Los profesionales no dudan en apostar por la presencia de Moneo en Málaga pero muestran sus reticencias a que la solución planteada con la revisión de las alturas de todos los inmuebles que crecen al margen izquierdo del río sea oportuna o que incluso pueda suponer un «efecto dominó imprevisible».

La opinión más favorable, en todos los aspectos, viene avalada por los argumentos del decano del Colegio de Arquitectos, Antonio Vargas. El portavoz de los arquitectos malagueños recuerda que el colegio ya emitió dos informes donde señalaba que la altura máxima de cinco plantas que el plan especial del Centro señala para la zona de Hoyo Esparteros «no es una imposición del plan especial, sino que se plantea a título indicativo, ya que permite más altura si ésta se plantea de manera justificada y razonada».

Vargas afirma que el planteamiento dado por la Junta y el Ayuntamiento «nos parece razonable», pues la justificación de la altura no se limita al edificio de Moneo, sino que se abre una reflexión unitaria sobre todos los inmuebles de la margen izquierda. Vargas estima, sin embargo, que «la revisión debió hacerse antes y que la misma no puede dar lugar a un «igualitarismo absurdo, pues tan irracional es un solo edificio de diez plantas como el plantear que todos sean iguales».

Más crítico es Agustín Benedicto, que trabaja en estos momentos en el proyecto del futuro auditorio de Málaga. El arquitecto juzga que la revisión del plan del Centro «debió de plantearse antes, ya que a posteriori puede parecer que primero se plantea un gran proyecto y luego se cambia la normativa para que el proyecto encaje». En todo caso, la presencia de Rafael Moneo en Málaga «es importante», pero «no creo que ese mismo proyecto firmado por un arquitecto local hubiese logrado cambiar el plan especial».

Salvador Moreno Peralta defiende por encima de todo que Moneo construya en Málaga, «es un privilegio», dice. Argumenta que no sería necesario ninguna revisión del plan especial pues «las características singulares del proyecto de Moneo ya lo justifica». Al respecto recuerda que hay una sentencia de la Audiencia Provincial de Málaga que legaliza la construcción de un edificio en Benalmádena por encima de la altura permitida «por sus carácter emblemático y su singularidad» y es del arquitecto sevillano Vázquez Consuegra.

Moreno Peralta muestra su rechazo a la revisión del plan especial, pues de un lado «nos pueden colar proyectos como la casa hermandad de Las Fusionadas, que no puede levantarse en una parcela que es espacio libre» y, de otro, la revisión del plan especial «no puede servir para el café para todos y tratar a todos con el mismo rasero, pues eso en urbanismo no es justo».

José Seguí también pone por delante la excepcionalidad de que Moneo construya por primera vez en Málaga «y eso es algo que debe protegerse». A partir de ahí la solución adoptada siembra de reticencias los argumentos del arquitecto que proyectó la Ciudad de la Justicia.

«El expediente de modificación de una parte del plan especial del Centro puede tener repercusiones importantes en el resto del plan especial y convertirse en un efecto dominó para que otros planteen situaciones y soluciones similares en otras zonas del Centro, pero sin las garantías que ofrece el proyecto de Moneo. Esto sería abrir un melón sin saber qué va a pasar y los tiempos no están para eso».

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