El Complejo
Kárstico de Cueva Navarro IV ( La Araña-Málaga), que el Consejo de Gobierno ha
inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz con la tipología
de Zona Arqueológica, constituye uno de los núcleos más importantes de la
cuenca mediterránea para la comprensión de los episodios históricos
desarrollados desde el final del Pleistoceno Medio (alrededor de hace 150.000
años) hasta los inicios del Holoceno (hace 4.000 años).
Este
conjunto, ubicado en el término municipal de Málaga, alberga así uno de los
registros geológicos y arqueológicos más importantes del Mediterráneo
occidental. Esta zona arqueológica forma parte en la Bahía de Málaga, entre los
municipios de Benalmádena al oeste y Rincón de la Victoria al este, de un
núcleo de yacimientos de gran valor para la documentación de este periodo.
El Complejo
Kárstico de Cueva Navarro IV está así relacionado con las cavidades de los
tajos de Bajondillo (Torremolinos) y las cuevas de Nerja, del Toro o Calamorro
en Benalmádena, del Hoyo de la Mina (Málaga) y de la Victoria y del Higuerón
(Rincón de la Victoria).
La zona
delimitada por el Consejo de Gobierno, de 76.539 metros cuadros, abarca toda la
cuenca de alimentación del complejo kárstico y está formada por la Cueva
Navarro IV, que le da nombre y que ya estaba protegida como Bien de Interés
Cultural al contener manifestaciones de arte rupestre, y por otros cuatro
yacimientos: Cueva del Montijano, Raja del Caballo, Cueva de la Virgen y Cueva
de los Ojos.
Todas estas
cavidades destacan por la abundancia de estalactitas, estalagmitas y otros
‘espeleotemas’, entre los que se incluyen los ejemplares de calcita en diente
de perro más espectaculares de Andalucía. Por su parte, el material
arqueológico se concentra principalmente en los depósitos mixtos (marinos y
continentales) que rellenan el complejo kárstico.
En la Cueva
Navarro IV, el hallazgo de piezas líticas y restos de moluscos aporta
evidencias de su utilización durante el Paleolítico Superior. Pero el principal
interés de este abrigo viene del arte rupestre de sus paredes, en distintos
tonos de rojo y negro y con motivos geométricos (curvilíneos, de puntuaciones,
líneas de puntos, trazos pareados y haces rectilíneos y cruzados). A ellos se
suman la pintura naturalista de una figura bovina y diversos ‘espeleotemas’
teñidos.
En cuanto al
resto de las grutas y abrigos, la Cueva del Montijano, también llamada del
Humo, destaca por el hallazgo de raspadores, buriles y otros elementos
atribuidos al periodo Magdaleniense, aunque en la última intervención también
se han hallado restos del Musteriense o Paleolítico Medio. En este periodo fue
ocupado también el yacimiento de la Raja del Caballo.
La Cueva de
la Virgen presenta materiales líticos solutrenses o del Paleolítico Superior
junto a abundantes elementos del Neolítico y Calcolítico. Finalmente, en la
Cueva de los Ojos se han localizado restos de industria lítica paleolítica y
piezas cerámicas de la Prehistoria reciente.
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