Teatro Principal de Málaga 1793-1968 |
El teatro Principal estaba
situado en la plaza del Teatro y su construcción fue costeada por Rafael San
Millán con la cooperación de varios accionistas que se reservaron algunos
palcos, plateas y butacas. Dirigió las obras el arquitecto italiano Vicente
Mazzoneschi y se inauguró el 12 de noviembre de 1793. En cuanto a su estilo era
neoclásico, sobrio, con fachada de dos pisos, de siete ventanas rectangulares
cada una. Tenía dos puertas con arcos de medio punto, además de dos portezuelas
de desalojo a la calleja de la Gloria. En la fachada había, además, dos puertas
de servicio y dos ventanas con rejería cruzada en rombos. A través unas
ventanas con rejas se servían bebidas procedentes de establecimientos próximos.
En su época primitiva constaba el
teatro de 107 butacas de primera clase, de las cuales 30 pertenecían a los
accionistas; 144 de segunda, y dos pisos de palcos, con 20 en el primero y 23
en el segundo; además contaba con cazuela especial para mujeres y gradas para
entrada general. Los asientos eran de madera, el escenario estaba al fondo,
según se entraba por las puertas principales. La decoración de las paredes
también era sobria; el patio estaba rodeado por un pasillo de ronda, con las
puertas de los palcos. El gallinero se sostenía por dos columnas de hierro que
dificultaban la visión de la pantalla o del escenario.
Según palabras de un comentarista
local: «El Teatro Principal tenía una apariencia externa preciosa, con un
impresionante retablo musical, de figuras animadas como el cine Pascualini
también lo tenía, y yo recuerdo, aunque muy vagamente, haberlo visto funcionar
en marcadas ocasiones. Era lo que se llamaba carillón».
En 1800 ocurrieron ciertas
desavenencias entre los propietarios. El teatro fue más tarde concursado. «Se
sacó a pregón, y con él, la casa café contigua", adjudicándose a José y
Manuel Obregón en la cantidad de 731.635 reales.
Después fue cedido a Francisco
Milla el 5 de febrero de 1819, a cuyos herederos siguió perteneciendo hasta
1903. Más tarde pasó a Ricardo Larios Tashara y sus herederos, quienes hicieron
diversas reparaciones reformándolo completamente. Algunos de estas reformas
fueron las siguientes: en 1856 se le abrió una puerta en el centro de las dos
que servían de entrada al teatro En mayo de 1875 se reformarían diversos huecos
de la planta baja y se instaló un quiosco, construido por Gerónimo Cuervo, para
despacho de billetes en la rinconada que formaba el mencionado edificio, donde
entonces existía un «orinadero» de losas. En 1899 se le colocó una marquesina.
En septiembre de 1900 se abrió una ventana en la planta baja.
Este teatro sólo presentó
compañías teatrales y espectáculos de variedades desde su inauguración hasta
principios del siglo XX.
El Cinema Concert. En 1916 cambió
su nombre por el de Cinema Concert y empezó a proyectar películas, abandonando
las representaciones teatrales. El aforo en mayo de 1916 como cinematógrafo era
el siguiente: 6 plateas a 4 asientos, 2 medias plateas a 2 asientos; 9 palcos a
4 asientos; 300 butacas, 116 butacas en el primer piso, 64 delantera tertulia,
250 de entrada general.
En la guía oficial del Sindicato
de Propaganda e Iniciativa de 1917 puede leerse que «... abre sus puertas al
público el Cine Concert, que es el antiguo Teatro Principal, recientemente
remozado, que se dedica, con exclusión de todo otro género a la exhibición de
películas y que está situado en la plaza de su antiguo nombre».
El precio de las entradas en ese
año, publicadas en El Regional, y hasta 1920, era el siguiente: butacas de
patio y primer piso, 0,50 ptas. ; delantera, 0,25; y general, 0,15.
En 1923 se produjo un incendio en
dicha sala, resultando muchos niños heridos, entre ellos cincuenta eran de
gravedad. Debido a la precipitación de la huida algunos fueron pisoteados y
lesionados, y otros presentaban síntomas de la asfixia, aunque no hubo víctimas
mortales (La Unión Ilustrada de 7 de octubre de 1923).
La empresa Soler-Sánchez, dueña
del cine Goya, compró el local en 1928, y el 6 de septiembre tuvo lugar la
reapertura, ahora de nuevo con el nombre de Teatro Principal y con precios
reducidos: butacas, 0,30 ptas; general, 0,15. Es decir, como rezaba la
publicidad, ofrecía «espectáculos económicos dedicados a las clases populares».
Su aforo total era de 850 butacas en 1928, con plateas, palcos y butacas, un
anfiteatro y dos pisos. Al hacerse cargo la empresa Soler-Sánchez, se
trasladaron las butacas del cine Goya al teatro e instalaron en aquél butacas
nuevas.
El teatro cerró el 18 de agosto
de 1931, y en septiembre se reabrió como sala de proyecciones contando ya con
el sonoro. El Cronista lo recogía así: «Aparatos Western Electric. La Arlesiana
Noticiario Fox Sonoro. Entre platos y notas y El precio de un beso (hablada y
cantada en español) José Mójica. Antonio Moreno, Mona Moris». Este filme había
sido estrenado en Málaga un año antes, el 27 de noviembre de 1930, como la
primera película «hablada y cantada en perfecto castellano».
El verano de 1935 se cerró el
teatro para hacer obras, realizadas bajo la dirección del arquitecto Daniel
Rubio. Una de las reformas más importantes fue la sustitución del armazón de
madera por una potente armadura de hierro y hormigón armado.
Nuevamente, el 31 de agosto de
1946 se anunciaba la reapertura del Teatro Principal, que había permanecido
cerrado durante unos meses, suprimiendo la entrada general, y sin más
localidades que las de butacas.
Este teatro-cine permaneció
abierto hasta comienzos de 1968. En la prensa del 31 de enero aparece la
publicidad del último filme proyectado: Guapa, intrépida y espía, por Raquel
Welch y Tony Franciosa. Publicado en La Opinión de Málaga
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