sábado, 13 de diciembre de 2008

Comienzan las obras de restauración de siete torres vigías.




Las edificaciones formaban parte del sistema defensivo de la Edad Media y son Bienes de Interés Cultural

Aunque ya no soportarán bayonetas ni lanzas, las torres vigías de la provincia de Málaga recuperarán en los próximos meses su esplendor medieval. El Ministerio de Medio Ambiente ha comenzado esta semana su restauración, que culminará en quince meses y tendrá un coste aproximado de 907.889 euros.
Con el inicio de las obras, se satisface una demanda patrimonial pendiente desde hace varios años y justificada en el visible deterioro de los enclaves. Se trata de siete torres levantadas en el arco que separa Marbella de Nerja, declaradas Bienes de Interés Cultural y con un importante cometido de defensa durante la Edad Media, periodo en el que sirvieron para defender a la sociedad cristiana de la eventual presencia de otomanos, musulmanes y piratas.
Según el Ministerio de Medio Ambiente, las torres constituían un extraordinario sistema de protección con puntos de vanguardia y atalayas. Durante numerosos años, conformaron un escudo casi irreductible, que aún conserva parte de su fortaleza, aunque en estado bastante precario. La culpa se la reparten, en proporciones desiguales, el paso del tiempo y el vandalismo, aficionado a poner en jaque el mobiliario y los hitos arquitectónicos.
El objetivo del Gobierno es remozar el grueso del cinturón defensivo, formado originalmente por 42 torres, de las cuales un total de 38 conservan la osadía tambaleante de mantenerse en pie. Todas ellas serán apuntaladas, aunque en primera instancia, se ha optado por siete, localizadas en los términos de Casares, Estepona, Marbella y Nerja, informó el ministerio en un comunicado.
La actuación estará precedida por el acondicionamiento del terreno en el que se emplazan las torres, que será reforzado con muros de mampostería, cercados perimetrales de madera y movimientos de tierra. Además, se añadirán piedras y morteros de propiedades similares a las existentes.
El trabajo en la torre incluye tareas de limpieza y de reposición de pintura, así como, la incorporación de morteros y peldaños de piedra. Como complemento, las siete construcciones recibirán un sistema de iluminación con cuatro proyectores en el exterior y luminarias en el exterior. La intervención, que también empleará peldaños, pretende realzar cada una de las piezas y consolidar su valor patrimonial, empobrecido por sucesivos daños y avatares históricos.
De acuerdo con la administración, la remodelación no aspira a reconstruir las torres, sino a perfilar su conservación mediante el uso de materiales adecuados al origen histórico y patrimonial de la fortaleza.

LUCAS MARTÍN. LA OPINION DE MÁLAGA 04/12/08

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