miércoles, 1 de abril de 2009

El autor, Jesús Martinez Labrador, denuncia el maltrato de su obra que se encontraba en el Paseo de la Farola.

El Ayuntamiento busca una nueva ubicación para la escultura de Guillén
El autor, Jesús Martínez Labrador, denuncia el maltrato de su obra que se encontraba en el Paseo de la Farola -
A. J. LÓPEZ-01.04.2009. Diario Sur
Su primera reacción ha sido la risa. Una risa amarga al comprobar que, otra vez, un destino injusto. Ya sucedió con su monumento dedicado a Cánovas del Castillo o el grupo escultórico del puente de Tetuán y ahora el macabro turno le ha llegado a Jorge Guillén. Por eso, después de tantos episodios desagradables, a Jesús Martínez Labrador le queda una sensación «de cierto surrealismo desangelado». El Ayuntamiento aseguró ayer que estudia una nueva ubicación para el monumento al poeta.
«Esto es la historia interminable. Es increíble el maltrato al que someten las obras de arte», denuncia el autor del monumento que la ciudad quiso dedicarle al autor de 'Cántico'. Porque esa es una de las palabras en las que indice Martínez Labrador. Monumento.
«No es la escultura en sí. Afortunadamente, conservo el molde original y el busto de bronce se puede volver a fundir. Lo peor es lo que han hecho con el monumento, con el conjunto de piedras naturales que formaban el monumento... Lo que preocupa es la dejadez y la ignorancia», proseguía Martínez Labrador sin ocultar su enfado.
El escultor malagueño hacía referencia a las rocas procedentes de la Boca del Asno, el acceso norte al Torcal de Antequera, que componían un «jardín de piedras» bajo el busto dedicado a Guillén y que ahora aparecen separadas junto a los escombros de las obras del puerto de Málaga.
Martínez Labrador también lamentó el hecho de haberse enterado de la nueva ubicación de su obra a través de la noticia publicada ayer por SUR. «Lo único que quiero es que cuenten conmigo a la hora de moverla de sitio. Supongo que antes de quitarla de la glorieta del Paseo de la Farola ha habido un anteproyecto y un proyecto y no entiendo por qué nadie se ha puesto en contacto con el autor de la obra. Esto me parece un expolio y un atentado a la Ley de Propiedad Intelectual», sostuvo el escultor.
Una reacción rápida
Ante la imagen de la escultura de Jorge Guillén entre los escombros del puerto, el Ayuntamiento ha reaccionado con rapidez. El alcalde Francisco de la Torre enviaba en la mañana de ayer una carta al presidente de la Autoridad Portuaria Enrique Linde. En ella planteaba el ofrecimiento municipal de buscar una nueva ubicación a la pieza, mientras duren los trabajos en el recinto portuario.
Así, el delegado municipal de Cultura Miguel Briones adelantaba ayer que el Ayuntamiento baraja ya varias ubicaciones temporales para la escultura de Martínez Labrador. Las que cobran más fuerza la sitúan en La Coracha o en el paseo marítimo de la capital.
Además, el primer edil sostuvo ayer que existía un compromiso para que la obra de Martínez Labrador permaneciera «embalada y protegida» durante los trabajos en el Paseo de la Farola. Unos requisitos que no se han cumplido, a la vista de la situación que todavía ayer ofrecía el busto del poeta en la explanada de San Andrés.
Según la misma nota remitida ayer por el Ayuntamiento, los técnicos municipales certificaron que las piezas quedaban en unos almacenes del puerto y, desde entonces, nadie les ha informado del «desmantelamiento» de ese depósito.
Al final, el autor del monumento a Jorge Guillén concluyó: «Ojalá que no pase lo de siempre, que al final acaba pagando el pobre 'currito' que sólo recibía órdenes de alguien».

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