domingo, 11 de abril de 2010

La Aduana se asoma a la ventana

Desde cerámicas fenicias hasta lienzos del siglo XX recuerdan las extensas colecciones de Bellas Artes y Arqueología de la institución provincial. Grandes reproducciones de dieciséis obras emblemáticas del Museo de Málaga custodian la reforma del palacio
05.04.2010 - ANTONIO JAVIER LÓPEZ .SUR
Los bustos que decoraban el claustro de la segunda planta del palacio también miran por los ventanales de la Aduana. :: SALVADOR SALAS Si todo lo cura el tiempo, ese poder anestésico también amenaza con diluir los buenos recuerdos en la espuma de los días. Y el pozo del olvido se abre todavía más amenazante sobre una institución que lleva catorce años cerrada, aunque a medio plazo se le adivine un futuro espléndido. Es lo que le sucede al Museo de Málaga, clausurado desde 1996 y a la espera de la reforma y su posterior mudanza al palacio de la Aduana.
Aunque los fondos del museo ya lucen en el edificio. Asoman por sus 72 ventanas como un recordatorio de lo que allí podrá verse a partir de 2012, si se cumplen los plazos del Ministerio de Cultura. Hasta entonces, los paseantes curiosos pueden alzar la vista y encontrarse con un medallón fenicio de Trayamar (siglo VII a. C.) o un fragmento de 'El juicio de Paris' (1904), óleo sobre lienzo firmado por Enrique Simonet y Lombardo.
Junto a ellas, otras catorce piezas emblemáticas de las colecciones del Museo de Málaga custodian la rehabilitación de la Aduana. «Hemos realizado una selección de obras representativas de las secciones de Arqueología y Bellas Artes, títulos que resultan familiares para buena parte del público y con los que queremos que el museo siga vivo en la memoria de la gente», argumenta la directora del Museo de Málaga, María Morente.
Además de esas 16 piezas, en los amplios ventanales de la Aduana aparecen imágenes históricas del edificio, vistas de la ciudad y recreaciones de cómo quedará el recinto después de la ambiciosa reforma que se acomete desde la primavera del año pasado.
Bustos de terracota
Una actuación que incluye la rehabilitación de los 20 bustos de terracota que decoraban la balaustrada interior de la segunda planta de la antigua Subdelegación del Gobierno. «También hemos incluido este conjunto en las reproducciones colocadas en los ventanales porque se trata de piezas muy populares», sostiene Morente. Y sin embargo, estas esculturas constituyen un enigma para los especialistas.
«Sabemos poquísimo sobre ellas. Son bustos de terracota, aunque en ellos se aprecian dos calidades muy distintas. Está documentado que el rey Alfonso XII regaló algunos de estos bustos, aunque hay unas piezas de mejor factura que otras, lo que hace pensar que puedan ser réplicas», prosigue la directora, que espera las conclusiones del informe que elaboran los técnicos del museo para concretar la futura ubicación de los bustos.
Sí parece claro que estas piezas quedarán integradas en el reformado palacio de la Aduana. Una institución que ganará casi cinco mil metros cuadrados tras la rehabilitación. En concentro, el proyecto fija que el museo provincial pasará de 13.871 a 18.560 metros cuadrados construidos.
La planta baja quedará para las exposiciones temporales; el primer piso mostrará parte de la sección de Bellas Artes (cuyos fondos superan los 2.000 títulos), mientras que el segundo nivel quedará para las piezas arqueológicas. Quedan más de dos años para la reapertura del museo. Quien quiera matar el gusanillo, que alce la mirada hacia las ventanas de la Aduana.

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