Los patios de Málaga puntúan
Un jurado compuesto por unas 25 personas recorrió el jueves una veintena de corralones de la Trinidad y El Perchel, que participaban en el concurso de patios que organiza el Ayuntamiento. Puntuaron la originalidad y la acogida vecinal
ALFONSO VÁZQUEZ. LA OPINION DE MÁLAGA
Un meritorio plan trató de proteger en los años 70 lo que el urbanismo más salvaje había dejado en pie en la Trinidad y El Perchel, con vistas a convertirlos en un mar de pisos desgarbados.
El plan funcionó a medias, pero como aspecto positivo, se mantuvo el perfil de viviendas bajas con un patio común, homenaje a los primitivos corralones, en su inmensa mayoría desaparecidos. Los bríos de los 70 lograron frenar el desmadre y abrir la puerta a nuevos (y lentos) planes.
Hoy en El Perchel y la Trinidad conviven zonas degradadas y solares con comunidades de vecinos que quieren recuperar la dignidad de los dos barrios.
La Semana Popular de los Corralones de la Trinidad y El Perchel, que desde hace seis años organiza el Ayuntamiento, premia el esfuerzo colectivo exhibido en casi 60 patios vecinales, transformados en un mar de flores y detalles exquisitos.
El pasado jueves, 25 malagueños que no viven en estos dos barrios (para primar así la objetividad) se convirtieron en jurado de una de las tres categorías de patios, que atienden entre otros puntos a la veteranía de la participación y si han conseguido premio en otras ediciones.
Fueron tres horas y media entre El Perchel y la Trinidad, con esa frontera «natural» de la calle Mármoles, en las que el jurado tuvo que puntuar no sólo la hermosura del resultado, sino también aspectos como la acogida a los «puntuantes», la originalidad y el esfuerzo vecinal. Los ganadores reciben un dinero que debe destinarse a mejorar aún más si cabe el patio. Es lo que hicieron en la trinitaria plaza Bravo, 4. «Con el dinero del año pasado compramos una fuente y lo que faltaba lo pusimos los vecinos», comenta una vecina que es la estampa de la alegría.
Justo al lado, en el número 6, otro patio espera al jurado, en esta ocasión una recreación de las fuentes del Amazonas, cuajada de plantas y con detalles como un cuenco lleno de nenúfares.
Aunque a la hora de buscar la originalidad, en la perchelera calle Martinete, en el número 2, parece que la han encontrado. En un rincón de este precioso patio se encuentra un «homenaje a José Tomás» en el que no falta el traje de torero ni tampoco una réplica de la Malagueta hecha por un vecino, con el coso sorprendido «en plena faena». Justo al lado de la plaza de toros descansan, ajenas al jaleo, dos tortugas. «Son las mascotas de la casa», cuenta una vecina.
El buen ambiente entre los vecinos es fundamental para conseguir un gran resultado, por eso en este concurso los patios presentan un nivel tan alto. «Aquí se vive estupendamente», confiesa una vecina de la calle Antonio Parejo, 10. Para la ocasión han pintado el patio, pero el resto del «decorado» está, tal cual, todo el año, con plantas y cactus por todos lados. «Muchas plantas hay que regarlas cada dos días porque el sol pega fuerte», explica.
La originalidad se encuentra también en la calle Bustamante, 4. Es el único corralón circular que participa en el concurso, por eso un año los vecinos convirtieron el patio en una plaza de toros en la que no faltaron los burladeros.
Tampoco falta la amabilidad de los vecinos durante la visita: cava, vino dulce, gazpacho, ajoblanco y hasta tortilla de patatas.
Carboneros, 17
La tortilla se exhibe en el último patio visitado, uno de los que más impresiona al jurado. Se trata de un corralón de renta libre en la calle Carboneros, 17, en el que conviven dos personas mayores y tres jóvenes. Entre los cinco han creado un verdadero portento, que en nada tiene que envidiar a los patios cordobeses. Por la escalera de hierro ascienden los tiestos de todos los tamaños.
También merece la pena el número 6 de la calle Feijóo, en la Trinidad, con balcones de madera, mantones pintados a mano y macetas con geranios, rosas y helechos. Entre cuatro personas han conseguido este impresionante resultado, que puede verse en la foto más grande del reportaje.
En nada tiene que envidiar al perchelero corralón de Santa Sofía, el más espléndido de todos, en el que concluyó la expedición, aunque esta pequeña joya del patrimonio andaluz no puntúa. El de Santa Sofía fue, de hecho, el que inauguró la Semana Popular, con la actuación el pasado lunes 31 del coro de Santo Domingo.
Los corralones de Málaga puntuaron alto. Conforman un canto de dignidad de dos barrios acosados por la codicia y la incompetencia que con muchas penalidades van ganando la batalla.
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