martes, 19 de octubre de 2010

La iglesia del asilo Nuestra Señora del los Ángeles es un ejemplo valiosísimo de los siglos XVI-XII que se mantiene intacto

Una «joya» del barroco en peligro



ALEJANDRA GUILLÉN. LA OPINION DE MÁLAGA

Casi 450 años de vida y una historia artística en mayúsculas que ha pasado por la memoria de los malagueños sin pena ni gloria. La labor asistencial y benéfica del asilo Nuestra Señora de los Ángeles, que domina el horizonte del Cerro de Miraflores de los Ángeles de la capital, es bastante conocida en la provincia. Las tareas de ayuda a los enfermos y a los más necesitados, tiempo atrás, y en la actualidad a las personas de la tercera edad, han sido su principal seña de identidad. Pero los tesoros artísticos y arquitectónicos que lucen en su interior son los grandes olvidados de la sociedad malagueña.

La historia del edificio se remonta a 1585, cuando se construyó como convento franciscano de Nuestra Señora de los Ángeles, y se levantó en la zona extramuros de la ciudad tras la Reconquista, como una institución benéfica que ha funcionado como tal hasta la actualidad.

Y uno de sus elementos más genuinos y con un alto valor historico-artístico es la iglesia, fechada en los siglos XVI-XVII, «el ejemplo más importante del barroco malagueño que se mantiene totalmente intacto con el paso de los siglos», observa el restaurador Enrique Salvo Rabasco, que destaca la calidad artística del retablo y la cúpula barroca.

Pero hoy este esplendor artístico se encuentra en peligro por el lamentable estado de conservación de esta joya barroca. Los patronos del Hogar Nuestra Señora de los Ángeles han dado la voz de alarma y piden ayuda económica a las instituciones y a la sociedad en general para restaurar de forma integral el edificio y su iglesia.

La empresa de Enrique Salvo Rabasco y Salvador Reina, Aetos Restaura, acometerá los trabajos de recuperación de las valiosísimas pinturas y las esculturas del pequeño templo, así como de los excelentes ejemplos que se conservan de pintura mural del retablo, la cúpula y la nave de la iglesia, única en su configuración, y del exterior del asilo.

«La iglesia es un ejemplo excepcional del barroco malagueño, se ha mantenido tal cual en todos estos siglos, pero ya no aguanta más. Su mal estado de conservación empeoró con las lluvias del pasado invierno, que se filtraban a litros por el tejado de la iglesia. Menos mal que la Junta de Andalucía arregló la techumbre y los problemas de humedades, pero el conjunto artístico está muy afectado. Necesitamos que las instituciones nos echen una mano y evitar perder una parte importante de nuestra historia», comentan tanto el presidente del Patronato, Luis Plaza, como el patrono Antonio Oliva, que han dado buena parte de su vida y por qué no, también muchos de sus ahorros, para mantener en pie el edificio. Los patronos organizarán conciertos y actividades benéficas, pero el dinero que se recaudará no será suficiente para iniciar las obras «cuanto antes».

El agobio de los patronos está más que justificado. La belleza monumental del conjunto es innegable, especialmente la iglesia, que está adosada a uno de los laterales del claustro y aún conserva la sillería del coro. Es un sencillo templo de una sola nave y el altar mayor se encuentra algo más elevado que el resto y sobre el testero principal del presbiterio se emplaza el retablo barroco, en el que se distinguen partes del siglo XVII y del XVIII.

Salvo Rabasco detalla que el retablo está presidido por una imagen de Nuestra Señora de los Ángeles, del siglo XVI, que apenas se ha movido en estos siglos, y que necesitará una profunda restauración, especialmente por la carcoma.

Destaca por encima una pintura central representando a San Francisco abrazando a Cristo y flanqueada por otras dos de San Buenaventura y Santa Clara, todas ellas del XVII. Las pechinas de la cúpula albergan cuatro tondos con pinturas que representan a pontífices de especial significación para la orden franciscana.

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