miércoles, 13 de octubre de 2010

Ni el vídeo 2016 (verdaderamente lamentable y por supuesto digno de que cualquiera que lo presentara fuese eliminado) ni el dossier estuvieron a la altura

LA ROTONDA


2016 ya es un esperpento

13.10.2010 - PEDRO LUIS
Del esperpento que se está viviendo en estos lares tras la elección de las finalistas para la capitalidad cultural de Europa de 2016 es mejor no hablar. Es alucinante cómo de lo que ha sido un tremendo fracaso de gente que tiene nombres y apellidos quieran ahora salir unos como ganadores, cuando la verdad es que lo ocurrido ha sido ridículo. Siempre pensé que el esfuerzo que se había hecho por parte de la candidatura era importante, pero conforme pasan los días y se conoce lo que se presentó no me queda más remedio que pensar que el proyecto que se llevó ante el jurado no es que no fuese valorado en justicia, sino que de verdad fue pésimo, y que por tanto nos dejaron fuera no por méritos de los demás, sino por deméritos propios. Quien firma esta columna dijo en su día que consideraba que la eliminación de Málaga había sido injusta e ilógica. Sin arrepentirme de ello, de lo que ahora mismo no me cabe la menor de las dudas es que no ayudamos para nada a los que decidían. Vamos que ni el vídeo (verdaderamente lamentable y por supuesto digno de que cualquiera que lo presentara fuese eliminado) ni el dossier estuvieron a la altura. Pero encima estamos asistiendo al sainete de lo buenos que han sido los miembros (algunos) de la Fundación o como se llame eso y lo malos que eran los tirios y los troyanos. Miren, pasemos página y que cada uno se dedique a lo suyo, si es que hay gente que aún tiene claro a lo que se debe dedicar.

Una vez más hemos asistido al tremendo error de que hay que buscar fuera lo que 'no tenemos dentro'. Nadie sabe mejor lo que Málaga es y ofrece que quienes conocen bien esta ciudad. Málaga merecía algo más, y la verdad es que de la decepción hemos pasado al triste convencimiento de que nos quedamos en el camino porque lo que se llevó ante el jurado no era digno de conseguir el pase.

Pensé también que nadie iba a echar en cara políticamente hablando este tema, pero cada vez estoy más seguro de que a más de uno le ha salido un grano con esta historia. Lo mejor es fulminar esa fundación, nefasta por sus no logros, y cerrar página. La ciudad no se merece el ridículo que se ha hecho, convencimiento al que cada vez llega más gente cuanto más se ahonda en lo que se llevó a Madrid. No hay peor cosa que creerse por encima del bien y del mal. Muchos miembros de la fundación se siguen creyendo así. Y así nos fue.

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