jueves, 30 de diciembre de 2010

Solares abandonados y llenos de basura y escombros, edificios tapiados, fachadas sostenidas por complicados entramados metálicos, gatos, restos de incendios, 'okupas', pintadas, orines...


Calles como nuevas, ruinas como siempre
La renovación del pavimento en las zonas degradadas del Centro no incentiva los proyectos residenciales

29.11.10 - 01:55 - JESÚS HINOJOSA | MÁLAGA.SUR

El Ayuntamiento baraja expropiar un enorme vacío abierto en la calle Tomás de Cózar.Solares abandonados y llenos de basura y escombros, edificios tapiados, fachadas sostenidas por complicados entramados metálicos, gatos, restos de incendios, 'okupas', pintadas, orines... Es la cara menos amable del Centro Histórico, la nota común de la trastienda del corazón de la ciudad que constituyen las calles menos transitadas, pero no por ello con menor importancia histórica o arquitectónica. Han sido varias las actuaciones promovidas en los últimos años por el Ayuntamiento para sacar estas zonas del abandono. Muchas de ellas apoyadas en la inyección de fondos procedentes de la Unión Europea. Sin embargo, las calles han quedado como nuevas y los edificios en ruinas o los solares permanecen, como siempre.
Así lo pudo comprobar este periódico en un recorrido por el último de los entornos del casco antiguo que se ha beneficiado de un proyecto para renovar el pavimento de sus calles. Se trata del que conforman las calles Beatas y Tomás de Cózar, un ámbito en el que acaban de materializarse trabajos por un importe superior al millón de euros dentro del programa 'Arrabales y Carretería', a desarrollar hasta el año 2013. En total, serán casi 15 millones de euros para mejoras en el Centro, de los que la Unión Europea aporta el 70% y el Ayuntamiento, el resto.
Panorama desalentador
La visita comienza en Tomás de Cózar, donde el panorama no puede ser más desalentador. El recibimiento desde la calle Granada lo ponen el Palacio del Marqués de la Sonora, ahuecado y abandonado a su suerte después de que se haya frenado el proyecto para convertirlo en un hotel de lujo, y el enorme solar que ha dejado el derribo de las casas ubicadas en una parcela en la que se iba a realizar un establecimiento de baños árabes. La empresa que iba a promoverlos abandonó la idea y ahora este vacío -en el que a duras penas se sostiene el torreón de una casa del siglo XVIII de la calle Medina Conde que está pendiente de un proyecto de rehabilitación- está a la venta.
Según fuentes consultadas por este periódico, el Ayuntamiento baraja la adquisición de esta última parcela, aunque se desconoce por el momento con qué objetivo. De hecho, es uno de los emplazamientos que se escogieron dentro del proyecto para dar uso provisional, como huertos o espacios escénicos, a solares abandonados de la ciudad. No obstante, todo parece indicar que esa singular iniciativa se llevará a cabo en otro enorme solar, en este caso ubicado entre las calles Nosquera y Muro de las Catalinas, que espera la construcción de medio centenar de viviendas para jóvenes, locales para artesanos y un centro de emprendedores, una actuación que el equipo de gobierno local anunció hace ya seis años y de la que todavía no se ha puesto ni un solo ladrillo.
El resto de Tomás de Cózar es un compendio de fachadas apuntaladas y casas llenas de escombros por dentro o incendiadas. Arsenia Vallés, encargada del único negocio existente en la zona, un establecimiento de baños árabes, no duda en mostrar la dantesca estampa que se contempla desde la primera planta de esta antigua casa rehabilitada. «Es como si se hubiera producido un terremoto. Al menos han derribado algunas plantas que creíamos que se nos iban a venir encima, pero los escombros siguen ahí. Estas ventanas no las abrimos para no asustar a los clientes», señala. Además, denuncia que la falta de vigilancia policial convierte la zona en el urinario público de las noches de los fines de semana.
Vista desde Beatas
El panorama es bastante semejante en Beatas. El pavimento de esta calle también acaba de ser renovado, pero las ruinas siguen presentes en la mayor parte de su trazado. Ya lo advirtió la presidenta de la asociación de vecinos Centro Antiguo, María José Soria, cuando en una entrevista concedida a este periódico hace un año (ver SUR 1/7/2009) manifestó que Beatas no saldrá del abandono hasta que se construya en sus solares. Y, por ahora, eso no está cerca.
La crisis económica es ahora la causa de la paralización de los proyectos. En el número 47 de la calle, la cartela de una licencia de obras para rehabilitar el edificio lo deja claro: «Inicio: septiembre de 2008. Final: Junio de 2010». La fachada está aún apuntalada aguardando que algún día aparezcan los albañiles que le devuelvan su primitivo esplendor.
«No hay movimiento alguno. Está todo parado por la crisis», reconoce Soraya Domingo, empleada de una agencia de publicidad que es, con la excepción de algunos bares de copas, el único negocio que queda abierto en el tramo de la vía más próximo a la calle Granada, el más deprimido.
Las nuevas farolas instaladas en Beatas todavía conviven con las antiguas. Solo está en marcha en la calle la obra para convertir un antiguo palacete en la nueva sede del Museo Interactivo de la Música, ubicado actualmente en el aparcamiento subterráneo de la plaza de la Marina. Nada se sabe de un proyecto de bodega-museo con apartamentos, ni de una residencia para estudiantes. Los edificios apuntalados y clausurados siguen siendo la nota común.
Llegados aquí cabe preguntarse si son eficaces las medidas activadas por el Ayuntamiento para revitalizar el tejido comercial y residencial en todo este ámbito que, por otro lado, fue objeto de un pormenorizado estudio a nivel arquitectónico realizado por la Universidad Politécnica de Milán y arquitectos de la Gerencia Municipal de Urbanismo.
Este último organismo tiene en marcha desde hace más de una década un registro en el que incluye a aquellos solares y edificios ruinosos que son abandonados a su suerte por sus propietarios. El objetivo es forzarles a que construyan o los rehabiliten con la amenaza de la subasta forzosa de los inmuebles. Queda claro que este fin no se ha alcanzado ni en Beatas ni en Tomás de Cózar. Eso sí, sus baldosas están como nuevas.

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