viernes, 2 de diciembre de 2011

En auxilio del emblemático Corralón de las Dos Puertas



Nuestros mayores conocen muy bien la importancia que los corralones tuvieron en la época de su juventud y más aún en la de sus padres.

El corralón o corral de vecinos es una peculiar y tradicional agrupación de viviendas en torno a un patio, en donde se comparten diversos servicios comunes. Su modelo arquitectónico procede de la Antigüedad y mediante formas medievales, como el adarve árabe y más propiamente el curralaz mozárabe, deviene ya en los corrales de vecinos, que comenzaron a construirse en España en torno al siglo XV. Pero es en el siglo XIX cuando su construcción cobró un gran auge, debido al aumento demográfico de la época, convirtiéndose en la vivienda popular por excelencia de la Málaga decimonónica, cuando la clase obrera constituía más del 80% de su población. Por ello, durante mucho tiempo los corralones han simbolizado al pueblo llano, el lugar de residencia de herreros, carpinteros, lavanderas, costureras, zapateros y muchos otros oficios.



Los antiguos corralones eran más aún que otras viviendas plurifamiliares unos auténticos microcosmos, mundos propios en los que la vida giraba en torno al patio, su centro neurálgico. En él sus vecinos festejaban el bautismo de un hijo, presenciaban una pelea entre madres, celebraban la Cruz de Mayo o asistían al velatorio de algún vecino.



En Málaga los barrios con mayor abundancia de corralones eran los del Perchel, la Trinidad, la Cruz del Molinillo, Capuchinos y Cruz Verde.

Hasta hace algunos años perduraban todavía bastantes de estos edificios. Así, el profesor de la Universidad de Málaga D. Francisco García Gómez publicó un inventario de los corralones en pie a fecha de enero de 2000 en su excelente obra La vivienda malagueña del siglo XIX : arquitectura y sociedad, en el que figuraban un total de 44. Cuando hace dos meses decidí visitarlos no podía dar crédito a mis ojos: uno tras otro habían dado lugar a solares baldíos o a edificios de nueva planta, y tan sólo permanecían 7, de los que uno será demolido próximamente.



El drama de los corralones.Nos encontramos pues con el drama de que los antiguos corralones decimonónicos malagueños se encuentran al borde de su extinción, y para colmo los más valiosos han desaparecido para siempre, dado que los poquísimos que subsisten son de pequeñas dimensiones, están reformados, se construyeron en el siglo XX o no se ajustan propiamente a la tipología característica, todos menos ……. uno: ¡el Corralón de las Dos Puertas!



Situado en el barrio de la Cruz del Molinillo y del final del siglo XIX, forma parte del casco antiguo (delimitado por el PEPRI Centro) y de la trama urbana que ha construido históricamente el núcleo de la ciudad, en la que constituye un último testimonio material.



Su tamaño es mediano, cuenta con un patio amplio y luminoso, largas galerías con barandillas, un lavadero con varios lebrillos y un pozo (de los últimos que quedan en nuestro casco antiguo). No faltan en él las macetas al estilo de los patios cordobeses, algunas de ellas rodeando una imagen del rostro de Cristo, un rasgo de devoción tradicional de los barrios populares. En su sencillez, el conjunto conforma un espacio interior de gran armonía, atractivo estético y hondo sabor costumbrista.



Estamos pues ante un legado histórico de valor excepcional, una verdadera reliquia del pasado de la ciudad, una última muestra original, digna y representativa del prototipo de la tipología arquitectónica del corralón, una pieza esencial de la evolución de la arquitectura malagueña, que ilustra un modo de existencia y convivencia típico del pueblo llano y obrero malagueño de los últimos siglos, hoy casi extinguido.



Amenaza de demolición. Sin embargo, de forma incomprensible e inaudita el Corralón de las Dos Puertas está completamente desprotegido, no figurando en los catálogos del Ayuntamiento de Málaga ni de la Junta de Andalucía. La trágica consecuencia de este lamentable error llevó a su expropiación a favor de la Empresa Pública de Suelo de Andalucía (EPSA) y a que ésta actualmente tramite un proyecto de demolición para hacer en su lugar unas pocas viviendas de nueva planta y plazas de aparcamiento.



El Catálogo de Edificios Protegidos del PEPRI Centro contiene en general tipologías de las clases burguesas de antaño y apenas posee inmuebles representativos de las clases populares, a pesar de haber sido los más numerosos y dichas clases las más representativas de Málaga en los siglos XIX y principios del XX desde el punto de vista demográfico y la fuerza obrera de aquel tiempo.



A diferencia de lo que ocurre en Málaga, diversos corrales de vecinos de la época están protegidos en otras ciudades andaluzas. En Sevilla hay al menos cinco de ellos amparados por su PGOU, algunos a pesar de tener un estado de conservación malo o muy malo, caso del Corral Sánchez, para los que se prevén su restauración.



En consecuencia es urgente suspender el procedimiento actual llevado por la EPSA y otorgar una protección cautelar hasta la catalogación del inmueble como bien protegido. Cabe esperar que la adscripción de la EPSA a la Junta de Andalucía facilite el trámite.



La EPSA ha planteado la posibilidad de mantener solamente el patio, pero integrado dentro de un nuevo edificio. Pero esta opción no es admisible en modo alguno, pues al no conservarse y restaurarse la estructura general del corralón ­incluyendo fachadas y cubiertas­ se rompería su valor patrimonial histórico, que es inherente al conjunto; trocearlo o mantener una parte anularía o desvirtuaría drásticamente su autenticidad. En cambio, sería perfectamente admisible la reestructuración de la distribución interior de las viviendas, al objeto de hacerlas funcionales, dignas y compatibles con la modernidad, fuese cual fuese el uso que se le asignase al inmueble tras su restauración.



Por lo tanto habría que sustituir el actual proyecto por otro de restauración del Corralón de las Dos Puertas, aunque suponga algunos perjuicios económicos, que deben asumirse por supeditación a su incuestionable valor cultural. Con todo, su conservación tendría también sus beneficios prácticos: cualquiera de sus posibles usos (museo, sede de algún organismo, cofradía, fundación, VPO, ….) le daría un sentido social y económico, además sería un recurso didáctico de primer orden para la educación de las nuevas y futuras generaciones y constituiría un lugar de interés turístico, por su tipismo y autenticidad.



Protección integral. Desde su reconocida autoridad, más de 100 profesores de ciencias sociales que enseñan en más de 20 de nuestros institutos han solicitado a la administración la protección integral y la restauración de este valiosísimo edificio.



La salvación de este inmueble es un acto de mínima justicia por compensación del derribo generalizado de esta antigua tipología arquitectónica tan nuestra. Actuando coordinadamente, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga pueden preservar el Corralón de las Dos Puertas, pues tienen potestad para ello.

JULIO CARRALERO


Publicado en La Opinión de Málaga 2/12/2011

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