El proyecto de la sillería, iniciado en 1633, se encargó originalmente al artista sevillano Luis Ortiz de Vargas, que realizó su estructura básica de arquitectura en madera. Posteriormente, José Micael de Alfaro intervino en la ejecución del apostolado y de los bustos de los santos que rematan la obra, fiel reflejo del estilo manierista malagueño. Finalmente, Pedro de Mena culminó la obra imprimiendo a cada una de las esculturas una honda expresión religiosa, llena de serenidad y de espectacular gesticulación contenida.
La sillería, tallada sobre madera de cedro, caoba y granadillo de América, presenta una traza rectangular dispuesta en tres niveles; los dos primeros destinados a asientos y el último como ático. El conjunto está presidido por el sitial episcopal, antecedido de escalinatas y barandillas protectoras.
El primer cuerpo, formado por 44 asientos, se caracteriza fundamentalmente por el programa decorativo de los asientos, tallados en la parte inferior y lateral con diversos motivos geométricos, vegetales, animales y alegóricos, así como cabezas masculinas y femeninas. La autoría de esta obra corresponde en su mayor parte a Luis Ortiz de Vargas.
El segundo cuerpo, también con 44 asientos, presenta como única diferencia los respaldos decorados a base de tableros de grandes dimensiones en los que se ubican las esculturas de bulto redondo que representan a San Pedro y San Pablo (obras de Ortiz de Vargas), el apostolado y la Virgen (José Micael Alfaro) y los padres de la Iglesia, santos y evangelistas (Pedro de Mena).
Finalmente, el tercer cuerpo, correspondiente al ático, está compuesto por cabezas femeninas enmarcadas por molduras rematadas con cresterías. Junto con la sillería, el Coro de la Catedral de Málaga se completa con otras piezas entre las que destaca el facistol de estilo manierista, atribuido a Luis Ortiz de Vargas y Fernando Ortiz y fechado fechado entre 1645 y 1671.
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