lunes, 3 de febrero de 2014

“Málaga Monumental” en el artículo “Joyas del patrimonio malagueño “de La Opinión



Fabrica del Tarajal

Pese a que gozan de protección y son BIC, muchos inmuebles de la capital sufren una escandalosa situación de abandono y desidia, que ponen en riesgo su integridad y que evidencia la falta de sensibilidad de las administaciones, que dejan que se caigan
En Málaga pasan cosas que seguramente no suceden en ningún otro lugar. Y por desgracia, no puede decirse que sirvan para hacernos sentir orgullosos. Más bien todo lo contrario. Tampoco es una frase derrotista que no venga a cuento. Los ejemplos son escandalosos y duelen a cualquiera que tenga sensibilidad y cierto amor por su tierra. Nuestro patrimonio se cae y eso debería hacer que se nos cayera la cara de vergüenza, según el profesor de Historia del Arte de la UMA, Francisco Rodríguez Marín. La capital cuenta con joyas arquitectónicas, de gran valor histórico y artístico, que están hechas una auténtica ruina.

Da igual que estos bienes inmuebles estén incluidos en el Catálogo General. De poco sirve que tengan protección o que sean BIC. Precisamente por eso, la dejadez y desidia es aún más flagrante.

Rodríguez Marín y Salvador García Aranda, presidente de la asociación en defensa del patrimonio Málaga Monumental, hacen con La Opinión de Málaga un repaso a los hitos más significativos y que se encuentran en peor estado. Un SOS que sirva para remover las conciencias de las administraciones. «En muchas ocasiones, lo que no hacen las excavadoras se encarga de hacerlo el tiempo», explica el profesor de la Universidad de Málaga.

Es cierto. A veces, gracias a la acertada intervención de los gestores municipales o autonómicos, se han salvado edificios de la piqueta... Pero nunca más se hizo por ellos. Valga de ejemplo el antiguo convento de San Andrés, que según Rodríguez Marín, ocuparía el primer puesto en este ranking de la infamia y el bochorno.

El convento de los carmelitas descalzas fue fundado en 1576, aunque el edificio cuenta con reformas posteriores. La iglesia del Carmen se encuentra en perfecto estado, después de la restauración llevada a cabo hace tan sólo unos años, pero el edificio que se encuentra justo a su espalda se cae. «De poco sirve la protección legal», señala el profesor. En efecto, estamos ante un monumento declarado BIC en septiembre de 2001 que se encuentra en un estado «muy malo», agrega García Aranda.

Convento de San Andrés
El inmueble era de un particular que tenía intención de derribarlo y el Ayuntamiento, «cuando De la Torre era aún concejal de Urbanismo», paró las obras y se hizo con la propiedad. A partir de ahí se hicieron públicas algunas ideas para darle un nuevo uso. Se habló de un centro de interpretación sobre la figura del general Torrijos, ya que en él pasó su última noche antes de ser fusilado el 11 de diciembre de 1831 en las playas de El Bulto. «Es algo que viene reclamando la Asociación Cultural 1831», indica Rodríguez Marín. También se pensó en un museo del diseño y la arquitectura... Pero nunca se hizo nada. En este caso, conviene encender las alarmas.

El de San Andrés forma parte de la trilogía de conventos del siglo XVI que se encuentran abandonados y fuera de uso en la capital. «¿Qué otro lugar del mundo se puede permitir esto?» Los otros dos son el convento de la Trinidad y el convento de San Agustín, en pleno Centro.

«Mantener un edificio histórico en estado de abandono es un auténtico despilfarro», insiste Rodríguez Marín, que no entiende cómo no se restauran para que actúen en dinamizadores y regeneradores del entorno, «como ha ocurrido, por ejemplo, con el museo Picasso y el Museo Carmen Thyssen».

El de la Trinidad, o de San Onofre, ocuparía el segundo puesto en este top de la dejadez. Monumento BIC desde marzo de 1980, ha sufrido innumerables expolios y robos de artesonados y columnas. Es propiedad de la Junta que planteó la construcción de un Parque de los Cuentos que terminó siendo un cuento. El edificio destaca, según Rodríguez Marín, por sus armaduras mudéjares y por la existencia de capiteles con figuras antropomorfas de gran valor, «únicas en toda Andalucía» en la que se contraponen iconográficamente el bien y el mal, la virtud y el pecado. «Ahora parece más vigilado, pero ha estado durante años completamente abandonado», insiste.

El antiguo convento de San Agustín no tiene protección. Un olvido flagrante. Pero total, para lo que luego sirve... García Aranda indica que tampoco aparece en el catálogo de edificios protegidos del PEPRI Centro del Ayuntamiento. Se trata de un edificio también del XVI con reformas barrocas y fachada decimonónica, que fue sede del colegio de los Agustinos, luego sede de la facultad de Filosofía y Letras y sede de unos cursos de español para extranjeros. Pero desde 1994 está vacío y sin uso. «No sabemos cómo está su interior, pero para los edificios históricos con mucha antigüedad y sin mantenimiento, el cierre es letal», asegura Rodríguez.

Se propuso como sede de la Biblioteca Provincial, la que lleva ya provisionalmente 20 años en la avenida Europa, cuando fue derribada la Casa de la Cultura. Incluso hubo un concurso público y los arquitectos hicieron proyectos... Pero nada. El edificio es propiedad de la Junta de Andalucía.

A Rodríguez Marín y a García Aranda también les preocupa el estado de conservación del Acueducto de San Telmo. «Su estado de conservación es malo, en algunos tramos y regular en otros», sostiene el presidente de Málaga Monumental. En esta ocasión no se trata de un inmueble, sino de una infraestructura hidráulica de once kilómetros de conducciones, alcubillas, puentes y dos molinos que aún se conservan, como el de San Telmo, por la zona de Ciudad Jardín. Allí también se intervino de forma acertada en el denominado puente de los Once Ojos, junto al IES Martín de Aldehuela, gracias a la actuación de una escuela taller de promoción municipal que, según Rodríguez Marín, «hizo muy buen trabajo». Faltaría, no obstante, acondicionar y ajardinar el entorno.

El acueducto, construido en el siglo XVIII (1783), también es BIC (catalogado como sitio histórico desde abril de 2009), pero de vez en cuando los medios de comunicación se hacen eco de atentados contra su integridad, que denuncian sus guardeses. Rodríguez Marín propone un eco museo que justifique una inversión para restaurarlo.

Corralón de Las Dos Puertas en el barrio del Molinillo- Goleta
Entre los edificios amenazados, ambos expertos incluyen un inmueble que, a priori, podría chirriar junto a estos monumentos: el corralón de la calle Curadero o de las Dos Puertas. Según García Aranda, en 2011 se aprobó una moción en el pleno para su inclusión en el catálogo de edificios protegidos del PGOU, con protección arquitectónica en grado 1, justo después de fuera a ser demolido. Sin embargo, su estado es alarmante.

Habitado hasta hace poco, pertenece a EPSA. «Es muy antiguo, está construido con materiales deficientes y al estar cerrado y sin uso, avanza el deterioro. Lo podemos perder», explica Rodríguez Marín, que se atreve a proponer un uso: un museo del estilo de vida que había en los corralones, los utensilios y las relaciones vecinales... «Es un trabajo que va a hacer una alumna mía de Turismo», agrega. La otra opción sería rehabilitarlo y que vuelva a ser habitado, como se hizo en su día en el corralón de Santa Sofía o el de la calle Feijóo, en la Trinidad.

En esta clasificación no podía faltar el antiguo hospital de Santo Tomás, rodeado de una gran polémica desde que el Obispado de Málaga se hiciera con su propiedad en diciembre de 2012. El obispo, Jesús Catalá, ha anunciado que se han llevado a cabo una serie de intervenciones de urgencia, ordenadas por Urbanismo para evitar el avance del deterioro, que algunos grupos de defensores del patrimonio ponen en duda. Málaga Monumental, por ejemplo, ha publicado unas fotografías en las que puede apreciarse el abandono del edificio, con las cubiertas vencidas, los muros agrietados y las ventanas abiertas, propiciando y acelerando su deterioro. «Su estado de conservación es alarmante», asegura García Aranda. «Es lógico en edificios de fábrica muy antigua, sin mantenimiento, sin utilidad y sin inversión», agrega Rodríguez Marín.

Mientras, Santo Tomás sigue cerrado, aunque este periódico pudo publicar también unas fotografías de su interior realizadas recientemente en las que parece que el tiempo se congeló en su interior. La falta de transparencia en estas actuaciones hacen que crezcan las sospechas de expolio o de que existan intereses especulativos ocultos. El Obispado insiste en que está redactando un proyecto de restauración y que su deseo sería trasladar a este edificio el Museo Catedralicio y el Archivo Diocesano.

Los Baños del Carmen, como entorno singular, también se destaca en esta lista. Pero no sería el último en importancia ni la cerraría, ni mucho menos. El deterioro de los jardines, las pérgolas, las fuentes y hasta del propio edificio del restaurante es alarmante, cuando se trata de una zona que podría convertirse en uno de los grandes atractivos de la ciudad. «Es una pena que se pierda de esa manera es lamentable», considera Rodríguez. Sobre todo, porque no se trata de un lugar olvidado por la ciudadanía. Al contrario, lo reivindica y no está de acuerdo con cualquier uso.

García Aranda sostiene que, el margen de los proyectos presentados, debería conservarse lo máximo posible del proyecto original, como la puerta de entrada de los años 20 atribuida a Guerrero Strachan y el restaurante, de Daniel Rubio. Son sólo unos ejemplos de muchos, como la antigua pensión La Mundial, amenazada por la construcción de un hotel firmado por Moneo en Hoyo Espartero; el antiguo Palacio del Marqués de la Sonora, en la calle Granada; el cuartel de Capuchinos; el convento del Císter, también cerrado, con obras de Pedro de Mena en su interior; e incluso el propio Centro de la ciudad, en el que no se respetan trazados y en el que, según García Aranda, «prácticamente nada se cumple».

Ignacio A. Castillo 02.02.2014 La Opinión de Málaga

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