Edificios protegidos del Conjunto La Caleta y El Limonar de Málaga |
Según la Ley de Patrimonio
los propietarios, titulares de derechos y simples poseedores de los
bienes tienen el deber de conservarlos, mantenerlos y custodiarlos, de manera
que se garantice la salvaguarda de sus valores. Asimismo, deberán permitir su
inspección por las personas y órganos competentes de la Junta de Andalucía, así
como su estudio por las personas investigadoras acreditadas por la misma.
El edificio transformado forma parte de un conjunto de 14
viviendas, de planta baja más una altura, a las que se accede a través de una
verja de hierro y cuyo desnivel respecto a la calle se salva mediante unos
escalones. Las fachadas se estructuran en tres calles. En la planta baja, el
vano de la izquierda corresponde con el ingreso al inmueble, está recercado con
una simple moldura color ocre, que contrasta con el tono grisáceo del resto de
la fachada, y la puerta está cerrada con una verja de hierro. Los otros dos
vanos son ventanas con rejería de hierro fundido y recercadas con una moldura
de color ocre coronada por un pequeño entablamento sostenido por pequeñas
ménsulas. Una cornisa moldurada del mismo color da acceso a la primera planta.
Ésta tiene dos ventanas laterales con pretiles de hierro fundido y recercadas
por molduras de color ocre, coronadas por un entablamento sobre ménsulas
rematadas por frontones triangulares. El balcón central de hierro fundido se
apoya en cuatro ménsulas rematadas por rosetas y se cierra con un mirador de
madera. Todo el paramento se decora con líneas incisas. Una cornisa moldurada
da paso a un tejado a dos aguas que se cubre con teja de cerámica. Este conjunto de la Avenida de Pries forman un grupo
de viviendas unifamiliares muy regulares que se construyeron en la segunda
mitad del siglo XIX, las cuales hoy son un ejemplo del proceso urbanístico que
se produjo en la zona en el que se sustituyeron las fábricas por viviendas,
quedando definitivamente determinada por el uso residencial en detrimento del
original uso industrial. En algunas de estas viviendas intervino el arquitecto
Jerónimo Cuervo. Este mismo arquitecto construyó otras casas en la actual
«Avenida Pintor Joaquín Sorolla», las cuales se han conservado con bastantes
modificaciones. Sus características formales se basan en la unificación de
altura, composición en fachada, elementos de rejería, etc., determinando la
configuración urbana de la zona. Las pequeñas diferencias entre los distintos
inmuebles, modificados algunos con el paso del tiempo, quedan en segundo plano
prevaleciendo la unidad compositiva del conjunto y constituyéndose como un área
homogénea.
En el edificio se ha convertido en una sala de conciertos , uso
cultural que nos parece muy interesante pero que no justifica la transformación del
mismo
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