La artista presenta estos días la grabación de un concierto en Buenos Aires con versiones de clásicos latinoamericanos y mediterráneos · Le gustaría que su ciudad se diera más a conocer al resto de Andalucía
| Actualizado 22.11.2009 -MALAGA HOY
La cantante se muestra satisfecha de haber podido colaborar con grandes artistas a uno y otro lado del charco y de haber versionado sus clásicos.
0 votos Da la impresión de que la felicidad lleva su nombre estampado. Pasión Vega no puede evitar sonreír porque entonces no sería Pasión Vega. Entre los suyos responde al nombre de Ana María Alias (Madrid, 1976), y sigue sonriendo. Estos días anda ajetreada con la presentación de Pasión en Buenos Aires, un disco-DVD grabado en directo en la capital argentina con versiones de clásicos latinoamericanos y mediterráneos, llevadas a su terreno. El de una voz sin fisura a juego con su presencia dentro y fuera de los escenarios. Respira Málaga y la exprime cada vez que regresa. De su ciudad de adopción no cambiaría "nada" y si, por ella fuera, "sería la capital de Andalucía y tendría hasta olimpiadas".
-¿Por qué eligió Argentina para la grabación de este disco?
-Buenos Aires fue la primera ciudad de Latinoamérica donde se editó un disco mío, Pura Pasión. Me apetecía hacer el seguimiento de ese público que empezaba a nacer, que es muy cariñoso y apasionado. Musicalmente hablando me siento muy vinculada a Latinoamérica. Mercedes Sosa, José Alfredo Jiménez, Gardel... Todos ellos me han ido transmitiendo también mucho de su arte y de la cultura latinoamericana. Es cierto que hasta que no llegas allí no te das cuenta de cómo es la gente.
-¿Y cómo es?
-Conocen mucho su música y la que se hace en otros lugares. Son gente muy preparada en ese sentido. En los primeros viajes me preguntaban de qué iba mi música, les contaba un poco que tenía mucha esencia andaluza, que había empezado en la copla y ellos me decían que extrañaban a las cantantes de siempre, las que llenaban los teatros. Te hablaban de Lola Flores, de Imperio Argentina, de Miguel de Molina... Tienen una imagen del cantante andaluz muy valorada.
-Más que nosotros mismos quizás...
-Quizás, y rompo una lanza a favor de ellos, no tienen tan estereotipada la copla como nosotros. Es un público muy abierto a lo que les viene de fuera, ávido de nuevas canciones. Cuando alguien como yo versiona un tango, están tan acostumbrados a escuchar versiones que no les resulta extraño. Aquí si viene alguien mexicano o argentino a cantar por bulerías lo matamos, aunque lo hiciera bien (risas). Nos resultaría extraño. Para mí versionar es una experiencia positiva y enriquecedora.
-¿Encuentra un tronco común a la música de uno y otro lado?
-La esencia es el sentimiento, esa forma de agarrarte a la canción como quien se agarra a la bebida para olvidar, para transmitir tus sentimientos de pérdida y de amor. Tenemos eso en común. Somos muy apasionados los dos, nos expresamos a través de la música. Con la copla puedes explicarle a alguien la historia de nuestro país y con el tango perfectamente puedes explicar la historia sentimental de Argentina o trasladarte a la época de Chavela Vargas. Esa forma desgarrada de trasladar los sentimientos a quien te está escuchando nos une. Porque ahí no hay medias tintas: o se quiere o no se quiere, o tienes celos o pasas de la otra persona, en la copla, en el flamenco, en el tango y hasta en la ranchera.
-Su música se suele asociar a un público maduro, ¿no consigue conectar con el público joven?
-Esa conexión ya se ha producido. Yo he intentado sacar de la copla lo mejor, pero llevándolo a nuestros días y mezclándolo con otros ritmos y otros caminos. Eso me ha ayudado a no perder ese público maduro de los inicios, y a rescatar a un público joven que también le interesan las canciones bien hechas, un espectáculo con argumento y en el que te encuentras 14 músicos sobre el escenario, por ejemplo. En ese sentido la gente joven ya no tiene tantos prejuicios acerca de la canción popular.
-¿Para cuándo un disco con temas compuestos por usted?
-A lo mejor para el próximo disco. Pero empezaría con una sola canción, no creo que hiciera un disco entero propio. Ten en cuenta que tengo canciones compuestas por Ruibal, Perales, Pablo Guerrero, Sabina... es muy difícil llegar hasta ahí .
-¿Se atrevería con el flamenco?, ¿se lo han propuesto?
-Sí, igual que con el jazz . Creo que mi camino está claro, seguir ahondando en lo que he hecho hasta ahora. Todavía se le puede sacar más punta, más compuertas. Me decanto más por eso que por otro tipo de experimentos. El flamenco es, sin duda, parte de mi inspiración. Si me siento preparada y me lo pide el cuerpo, sin duda lo haré.
-Usted participó en la primera edición de Málaga en Flamenco en el espectáculo de la bailaora Rocío Molina, ¿repetiría?
-Fue un espectáculo precioso, pero no hice exactamente flamenco. Yo canté una copla de Lorca, mientras ella bailaba con Teresa Nieto. Me apasiona lo que hace Rocío y la defenderé a muerte, tiene un conocimiento de su cuerpo increíble. Se sale de los cánones de bailaora y por eso me encanta. Me gusta ese tipo de artista.
-Sus cinco discos de estudio se han vendido muy bien, a pesar de la crisis discográfica, aparte de una buena voz, ¿cuál es su baza?
-Todo depende de cómo te plantees tu carrera, discográficamente hablando estamos en una época en la que te puedes deprimir. Lo que hace cinco o seis años se podía vender con un disco de estas características ahora no. Pero si te basas más en el seguimiento del público, en los conciertos, en hacer las cosas bien y disfrutarlas, entonces cada año estaremos mejor. Yo me siento una privilegiada.
-En Málaga comenzó a despuntar como artista y aquí se la recibe con los teatros llenos, ¿cuánto le debe a esta ciudad?
-No resido aquí pero tengo a mi gente, es una ciudad que, junto con Cádiz sigue estando muy cercana en mi día a día, en mi inspiración. Yo no concibo mi música sin Málaga. Si no me hubiera criado aquí, seguramente hubiera hecho otro tipo de música. Una de mis primeras oportunidades me la dio el Teatro Cervantes. A Málaga le debo mucho. Me gusta llevarla como estandarte. El single del DVD Pasión en Buenos Aires es Malagueña salerosa.
-¿Cómo se ve Málaga desde fuera?, ¿se corresponde con la realidad?
-Yo creo que nosotros los andaluces tenemos a Andalucía más estereotipada que la gente de fuera. En el exterior se tiene una visión muy amplia de Málaga. El malagueño por naturaleza es bastante universal, viajero, abierto a otras culturas y eso lo sabemos transmitir fuera. A mí nunca me han transmitido imágenes tan estereotipadas como las que tenemos nosotros.
-¿Cambiaría algo de esta ciudad?, ¿comparte su progreso?
-Creo que Málaga está progresando mucho, cada vez hay más proyectos abiertos, aunque es verdad que algunos parecen no terminar, quizás porque es señal de que Málaga se está remodelando. El centro histórico está cada día más bonito. Creo que no cambiaría nada, me resulta una ciudad muy agradable, que mantiene sus costumbres. Quizás la convertiría más en un centro de información hacia el resto de Andalucía.
-¿La ve como candidata a la Capitalidad Cultural Europea?
-Ojalá lo consiguiera, para mí sería un punto muy favorable. Tenemos el Festival de Cine, la Semana Santa, un patrimonio muy importante que debemos cuidar, sobre todo por nosotros mismos. No me gusta ver Málaga de una manera negativa. Es cierto que se pueden mejorar muchas cosas, pero el malagueño debe estar muy orgulloso de lo que tiene, de su forma de hablar, de fomentar sus costumbres.
-Al malagueño se le suele asociar una imagen de indolente cuando se trata de cuidar el espacio donde vive, ¿está de acuerdo?
-Puede ser, quizás porque lo vivimos a diario, no nos damos cuenta de que vamos pasando y que hay que dejar una buena estela para las nuevas generaciones. Que puedan seguir cuidando y exportando los vinos, nuestros pueblos blancos de la Axarquía…
-¿Qué echa de menos de sus años en Málaga?
-Lo que más, las tardes largas en la playa con la familia. Íbamos mucho a Benalmádena y a las playas de Huelin, lo que había cuando no existía La Malagueta. Ya no tengo tanto tiempo, pero alguna escapada sí me pego de vez en cuando.
-Ha colaborado en discos de artistas de diferentes estilos y generaciones, ¿le queda alguna deuda que saldar?
-Tuve la oportunidad de conocer a Mercedes Sosa y cantar en directo con ella, pero no pudo ser porque ya llevaba años enferma y si tenía algo de fuerzas lo reservaba para sus conciertos. Con Chavela Vargas me encantaría, y con Lila Downs, una mujer muy interesante. Pero he podido hacer cosas con Manzanero, Juan Luis Guerra, Marco Antonio Solís… He tenido la suerte de poder hacer algo con todos los artistas a los que admiro. Pero ya se me ocurrirá alguien (risas).
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