Recreación de la Torre del Puerto desde la Bahía de Málaga |
El informe elaborado por miembros de Icomos, que visitaron el
puerto en junio, pide "renunciar" al proyecto por su "impacto
irreversible por la naturaleza permanente"
Los expertos recomiendan que cualquier proyecto que se
construya en el dique de levante del puerto debe adaptarse a la referencia que
supone La Farola, y no a las altas torres de pisos del barrio de La Malagueta,
resultado de una mala praxis urbanística local.
Piden a la Junta y al Ayuntamiento de Málaga que hagan un
estudio sobre el paisaje urbano.
El Comité Nacional Español del Consejo Internacional deMonumentos y Sitios (Icomos), organismo asesor de la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), ha sido
tajante en relación a la Torre del Puerto, el hotel de lujo de capital catarí
que se ha proyectado en el dique de Levante y que ha sido diseñado por el
arquitecto José Seguí: recomienda que no se construya, que la ciudad renuncie
al proyecto, después de que sus expertos visitaran la ciudad en julio de 2017
para analizar su impacto.
La altura prevista es de 135 metros y la inversión, superior
a los 100 millones de euros. La afección al paisaje de la ciudad, a la postal,
es la principal crítica de la plataforma local que lo rechaza y de ecologistas
y algunos arquitectos, así como de los grupos municipales de la oposición:
Málaga Ahora, Málaga para la Gente y Podemos. A favor, los empresarios y
hoteleros malagueños, así como el PP, Cs y el PSOE.
El informe, de 63 páginas y al que ha tenido acceso La
Opinión de Málaga, es claro en su primera recomendación: «Renunciar al proyecto
del hotel-rascacielos en el muelle de Levante del puerto de Málaga». ¿Por qué?
«Esta recomendación se fundamenta en el impacto irreversible por la naturaleza
permanente de la edificación en las dos escalas analizadas: el paisaje
patrimonial de Málaga y el de su puerto». Los expertos de la Unesco señalan
que, tanto desde el punto de vista visual y objetivo, como desde el subjetivo y
el simbólico, el impacto degradaría la imagen y los excepcionales valores
paisajísticos de la ciudad, y muy particularmente los patrimoniales».
La segunda recomendación es que cualquier construcción que se
prevea para el muelle de Levante «tiene que contener una reflexión y
conocimiento previos, serios y profundos, de los paisajes a los que afectaría,
y de cuál sería el alcance de su impacto». Además, no es que se deba evitar «la
amenaza, sino que ha de valorarse su aportación para incrementar el valor del
paisaje patrimonial de la ciudad». En tercer lugar, cualquier construcción (se
ha propuesto un auditorio por parte de algunas entidades locales) para ese
lugar debe adaptarse a la escala propia de la zona, que «viene determinada por
la presencia de un hito fundamental en el paisaje e imaginario social de
Málaga, La Farola, y por la del resto de los elementos patrimoniales del
puerto».
Los expertos, en su segunda recomendación, insiste en que no
deben tomarse como referencia, o atributo urbano susceptible de ser reconducido
y ordenado, «los volúmenes y alturas de La Malagueta, que son el resultado de
una mala praxis urbanística y muy alejados del planteamiento urbanístico y
paisajístico adecuado». Aclaran que «no se comparte que el proyecto venga a
poner orden, sino a imponer un orden propio que, tomando como excusa la
desproporción de La Malagueta, beneficia exclusivamente al hotel-rascacielos».
También recomienda al Ayuntamiento y a la Delegación de
Cultura de la Junta de Andalucía hacer un análisis detallado sobre el paisaje
patrimonial de Málaga, «en el que se determinen sus valores, su proyección
espacial, su sectorización y otros extremos que establezcan estrategias para su
protección». En este análisis, deberá hacerse una reflexión profunda y
detallada de los escenarios, perfiles y significados que posee el lenguaje
histórico de Málaga, «así como identificar las áreas de mayor fragilidad
paisajística desde el punto de vista tradicional».
La evaluación incide en argumentos similares, de forma que el
paisaje patrimonial de Málaga, tanto el de la ciudad como el del puerto, poseen
un valor excepcional como «paisaje evolutivo de una población que durante casi
3.000 años ha venido, sin renunciar a su vocación marítima, readaptando sus
funciones e imagen a las necesidades y estrategias de cada época». Asimismo,
durante los últimos años la ciudad ha tomado la cultura como uno de los ejes fundamentales
de su modelo urbano. «Las instituciones, y sobre todo la población malagueña,
deben ser conscientes del gran recurso socioeconómico y cultural que significa
el paisaje patrimonial de Málaga, que en razón de sus valores paisajísticos y
de su evolución podría buscar acomodo entre los principales reconocimientos de
la Unesco».
Insisten en que cualquier proyecto de envergadura que impacte
en el paisaje debe ser precedido en la ciudad de un gran debate. No se ha
identificado, ni protegido, entendido el paisaje patrimonial de las dos escalas
citadas, «ni por el proyecto ni por ningún documento o directriz pública».
Ninguna legislación tutela los valores del paisaje de Málaga.
Icomos son las siglas en inglés del Consejo Internacional de
Monumentos y Sitios, una entidad asesora de la Organización de las Naciones
Unidas para la Ciencia y la Cultura (Unesco). Los expertos del Comité Nacional
Español de Icomos visitaron la ciudad el pasado mes de julio para estudiar el
impacto que tendría el hotel de lujo catarí, de 135 metros y al que aún le
quedan años de trámites, en el paisaje tanto de la ciudad como del puerto.
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