La ampliación del CAC Málaga
Como siempre ocurre en esta urbe, las actuaciones importantes se llevan a cabo sin tener en cuenta al malagueño y, es más, sin querer su participación. El ciudadano de a pie se entera de lo que va a ocurrir una vez que las obras comienzan.
La propuesta de Moneo para el futuro edificio que acogerá la ampliación del Centro de Arte Contemporáneo de Málaga ha permanecido un mes en exposición pública, según anuncia este mismo periódico a fecha de 1 de junio de 2006. Como bien se indica en dicho artículo, «el proyecto básico realizado por el equipo de Moneo ha superado el periodo de información pública -un mes- sin recibir ninguna alegación. La extraordinaria discreción con la que el gobierno municipal está gestionando este asunto ha motivado que la noticia sólo transcienda cuando ya se ha cumplido el periodo para presentar quejas».
Y nos preguntamos ¿a qué viene tanta «extraordinaria discreción»? Es un asunto en el que se debería tener en cuenta la opinión del ciudadano, ya que estamos hablando de una actuación en un edificio público, propiedad del Ayuntamiento, y además destinado a la cultura, por la que lucha la ciudad (a la misma familia de palabras pertenece 'ciudadanos') de Málaga como capitalidad cultural para 2016. Como siempre ocurre en esta urbe, las actuaciones importantes se llevan a cabo sin tener en cuenta al malagueño y, es más, sin querer su participación. Bien podrán decir que es culpa de aquellos que no nos hemos informado sobre el plazo del proyecto básico, pero si tanta publicidad se le dio en su momento a la apertura del Centro de Arte Contemporáneo, ¿por qué no se ha difundido este asunto? Aquí ocurre lo de siempre, que el ciudadano de a pie se entera de lo que va a ocurrir en su ciudad una vez que las obras y actuaciones comienzan, ya que no interesa que lo haga antes.
No se pone en duda en ningún momento la calidad del señor José Rafael Moneo como arquitecto, ganador del premio Pritzker -considerado el Nobel en Arquitectura- al cual hay que felicitar por el diseño de esta magnífica construcción que desarrolla en alzado la planta de la actual sede, como se puede apreciar en la documentación presentada y publicada en junio de 2005. Pero sí es cierto que su ubicación en paralelo al Antiguo Mercado de Mayoristas y la cercanía entre ambos edificios, que quedarían separados entre sí aproximadamente 10 metros, dejan ciertas dudas sobre la posible actuación en el antiguo edificio -diseñado por Luis Gutiérrez Soto a partir de 1938-, principalmente en lo referido a la marquesina y los muelles de carga en zig-zag que recorren toda la fachada oeste del mismo y que podrían desaparecer para hacer más ancho el 'pasillo' surgido entre ambos inmuebles.
Además, el uso del 'mercado' quedaría reducido simplemente al de exhibición, con el traslado de servicios como la cafetería al nuevo inmueble, perdiéndose así lo que hasta hoy ha sido la recuperación de la existente ya en el edificio de G. Soto, de la que incluso se han reproducido las líneas curvas de su mostrador. Y lo más peligroso es referido a su recorrido interno, ya que se ha hablado de cambiar el acceso principal realizándose en un futuro éste desde la fachada situada en calle Navalón. Esta presunta actuación afectaría a toda la fachada principal del que fue mercado, que quedaría sin la función para la que fue creada con tanta monumentalidad (en parte ya perdida con la ocultación del escudo) y que podría sufrir la unión de todos los espacios actuales de este primer módulo del edificio (librería, cafetería, zona de recepción y hall) en uno solo reconvirtiéndose en una posible nueva sala expositiva, alterándose así la estructura interior del Antiguo Mercado de Mayoristas.
La situación del nuevo edificio proyectado encierra al ya existente aprisionándolo, ya que por su lado más oriental se encuentra ahogado por los grandes bloques de la calle Alemania, quedándole como única perspectiva posible su fachada occidental que asoma al río y que sería anulada por la ubicación de este nuevo edificio, que incluso se adelanta algunos metros quedando su fachada en un plano anterior a la del actual CAC, como se observa en la ya citada documentación.
¿No podría construirse, por ejemplo, un edificio puente que salvara el cauce del Guadalmedina?, como bien opina la historiadora del Arte Inmaculada Hurtado Suárez, y que dotara a Málaga de un gran inmueble obra de un gran arquitecto; pudiendo incluso este proyecto ser el punto de partida de la recuperación del cauce del río para uso ciudadano. ¿O aprovechar el solar que ha quedado libre tras la desaparición de la gasolinera que quedaba situada delante del centro?
Mucho se ha luchado desde 1981, año en el que el Mercado de Mayoristas fue cerrado por su estado ruinoso; a partir de entonces la ciudad ha querido recuperarlo para uso y disfrute de sus habitantes y se presentaron diversas propuestas (Centro de Congresos, Biblioteca, Instituto de Enseñanza Secundaria...). Finalmente se decidió darle un uso expositivo recuperándolo como Centro de Arte Contemporáneo para Málaga, y cuyo proyecto de rehabilitación fue firmado por el arquitecto Miguel Ángel Díaz Romero entre 1999 y 2000, quien lo adaptó sabiendo recuperar su primitiva imagen de mercado de abastos, integrando los emblemas históricos en el discurso de su obra y que hoy en día no podemos observar debido a los cambios que sobre dicho proyecto se ejecutaron poco antes de su inauguración en febrero de 2003.
Es todo un orgullo que nuestra ciudad posea el segundo Centro más visitado de toda España y que en un futuro cuente con un inmueble que lleve la firma de Moneo, pero se podría aprovechar y hacer un encargo más ambicioso a un arquitecto de su categoría. Esperemos que no ocurra como con la visita de Frank O. Gehry a nuestra ciudad, de la que podría haber surgido un buen proyecto para la zona de ampliación del puerto, pero del que desgraciadamente nunca disfrutaremos, ya que Gehry probablemente no proyectará jamás ningún edificio para Málaga como el que pudo haberse realizado en la ya citada (y perdida) oportunidad.
Ojalá que el proyecto de Moneo no caiga en la misma desdicha que el de Gehry y podamos llegar a verlo concluido aunque sí quizás necesite plantearse su ubicación pues la elegida no ha sido la más idónea para el entorno de la actual sede del CAC Málaga. El tener en una misma ciudad inmuebles de ambos arquitectos nos habría colocado como metrópolis puntera en los textos más importantes sobre arquitectura del siglo XXI.
Antonio Santana Guzmán.
Historiador del Arte.
Publicado en Diario Sur 06/08/2006
Como siempre ocurre en esta urbe, las actuaciones importantes se llevan a cabo sin tener en cuenta al malagueño y, es más, sin querer su participación. El ciudadano de a pie se entera de lo que va a ocurrir una vez que las obras comienzan.
La propuesta de Moneo para el futuro edificio que acogerá la ampliación del Centro de Arte Contemporáneo de Málaga ha permanecido un mes en exposición pública, según anuncia este mismo periódico a fecha de 1 de junio de 2006. Como bien se indica en dicho artículo, «el proyecto básico realizado por el equipo de Moneo ha superado el periodo de información pública -un mes- sin recibir ninguna alegación. La extraordinaria discreción con la que el gobierno municipal está gestionando este asunto ha motivado que la noticia sólo transcienda cuando ya se ha cumplido el periodo para presentar quejas».
Y nos preguntamos ¿a qué viene tanta «extraordinaria discreción»? Es un asunto en el que se debería tener en cuenta la opinión del ciudadano, ya que estamos hablando de una actuación en un edificio público, propiedad del Ayuntamiento, y además destinado a la cultura, por la que lucha la ciudad (a la misma familia de palabras pertenece 'ciudadanos') de Málaga como capitalidad cultural para 2016. Como siempre ocurre en esta urbe, las actuaciones importantes se llevan a cabo sin tener en cuenta al malagueño y, es más, sin querer su participación. Bien podrán decir que es culpa de aquellos que no nos hemos informado sobre el plazo del proyecto básico, pero si tanta publicidad se le dio en su momento a la apertura del Centro de Arte Contemporáneo, ¿por qué no se ha difundido este asunto? Aquí ocurre lo de siempre, que el ciudadano de a pie se entera de lo que va a ocurrir en su ciudad una vez que las obras y actuaciones comienzan, ya que no interesa que lo haga antes.
No se pone en duda en ningún momento la calidad del señor José Rafael Moneo como arquitecto, ganador del premio Pritzker -considerado el Nobel en Arquitectura- al cual hay que felicitar por el diseño de esta magnífica construcción que desarrolla en alzado la planta de la actual sede, como se puede apreciar en la documentación presentada y publicada en junio de 2005. Pero sí es cierto que su ubicación en paralelo al Antiguo Mercado de Mayoristas y la cercanía entre ambos edificios, que quedarían separados entre sí aproximadamente 10 metros, dejan ciertas dudas sobre la posible actuación en el antiguo edificio -diseñado por Luis Gutiérrez Soto a partir de 1938-, principalmente en lo referido a la marquesina y los muelles de carga en zig-zag que recorren toda la fachada oeste del mismo y que podrían desaparecer para hacer más ancho el 'pasillo' surgido entre ambos inmuebles.
Además, el uso del 'mercado' quedaría reducido simplemente al de exhibición, con el traslado de servicios como la cafetería al nuevo inmueble, perdiéndose así lo que hasta hoy ha sido la recuperación de la existente ya en el edificio de G. Soto, de la que incluso se han reproducido las líneas curvas de su mostrador. Y lo más peligroso es referido a su recorrido interno, ya que se ha hablado de cambiar el acceso principal realizándose en un futuro éste desde la fachada situada en calle Navalón. Esta presunta actuación afectaría a toda la fachada principal del que fue mercado, que quedaría sin la función para la que fue creada con tanta monumentalidad (en parte ya perdida con la ocultación del escudo) y que podría sufrir la unión de todos los espacios actuales de este primer módulo del edificio (librería, cafetería, zona de recepción y hall) en uno solo reconvirtiéndose en una posible nueva sala expositiva, alterándose así la estructura interior del Antiguo Mercado de Mayoristas.
La situación del nuevo edificio proyectado encierra al ya existente aprisionándolo, ya que por su lado más oriental se encuentra ahogado por los grandes bloques de la calle Alemania, quedándole como única perspectiva posible su fachada occidental que asoma al río y que sería anulada por la ubicación de este nuevo edificio, que incluso se adelanta algunos metros quedando su fachada en un plano anterior a la del actual CAC, como se observa en la ya citada documentación.
¿No podría construirse, por ejemplo, un edificio puente que salvara el cauce del Guadalmedina?, como bien opina la historiadora del Arte Inmaculada Hurtado Suárez, y que dotara a Málaga de un gran inmueble obra de un gran arquitecto; pudiendo incluso este proyecto ser el punto de partida de la recuperación del cauce del río para uso ciudadano. ¿O aprovechar el solar que ha quedado libre tras la desaparición de la gasolinera que quedaba situada delante del centro?
Mucho se ha luchado desde 1981, año en el que el Mercado de Mayoristas fue cerrado por su estado ruinoso; a partir de entonces la ciudad ha querido recuperarlo para uso y disfrute de sus habitantes y se presentaron diversas propuestas (Centro de Congresos, Biblioteca, Instituto de Enseñanza Secundaria...). Finalmente se decidió darle un uso expositivo recuperándolo como Centro de Arte Contemporáneo para Málaga, y cuyo proyecto de rehabilitación fue firmado por el arquitecto Miguel Ángel Díaz Romero entre 1999 y 2000, quien lo adaptó sabiendo recuperar su primitiva imagen de mercado de abastos, integrando los emblemas históricos en el discurso de su obra y que hoy en día no podemos observar debido a los cambios que sobre dicho proyecto se ejecutaron poco antes de su inauguración en febrero de 2003.
Es todo un orgullo que nuestra ciudad posea el segundo Centro más visitado de toda España y que en un futuro cuente con un inmueble que lleve la firma de Moneo, pero se podría aprovechar y hacer un encargo más ambicioso a un arquitecto de su categoría. Esperemos que no ocurra como con la visita de Frank O. Gehry a nuestra ciudad, de la que podría haber surgido un buen proyecto para la zona de ampliación del puerto, pero del que desgraciadamente nunca disfrutaremos, ya que Gehry probablemente no proyectará jamás ningún edificio para Málaga como el que pudo haberse realizado en la ya citada (y perdida) oportunidad.
Ojalá que el proyecto de Moneo no caiga en la misma desdicha que el de Gehry y podamos llegar a verlo concluido aunque sí quizás necesite plantearse su ubicación pues la elegida no ha sido la más idónea para el entorno de la actual sede del CAC Málaga. El tener en una misma ciudad inmuebles de ambos arquitectos nos habría colocado como metrópolis puntera en los textos más importantes sobre arquitectura del siglo XXI.
Antonio Santana Guzmán.
Historiador del Arte.
Publicado en Diario Sur 06/08/2006
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