No me queda otro remedio que pedir socorro ante la barbarie que pretende ejecutar el Ayuntamiento de Málaga en el paisaje de Arraijanal, en las playas de Guadalmar, sometiendo a la destrucción el último baluarte virgen del litoral malagueño. Argumentos y fundamentos no me faltan para desmontar todas y cada una de las argucias que el laberinto del poder ha ido conformando durante los últimos años para llegar a este «remate final de existencias» y de contaminación generalizada.
No me voy a extender en este desgraciado asunto por su tan escaso calado popular, pues para ello hay otras organizaciones, yo solo exclamo socorro. Socorro, instituciones españolas libres, ayúdenme, ayuden al pueblo, actúen de oficio contra este nuevo disparate urbanístico, el futuro del planeta lo agradecerá.
Filiberto Rueda Guijarro
A.v.v. Puerto de la Torre
Málaga
Publicado en Diario Sur. Cartas al Director. 19.08.2008 .
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