Voluntarios de la asociación medioambiental Capitán Planeta llevan a cabo una jornada de limpieza en el último ecosistema dunar del litoral axárquico, en Torrox.
El Ayuntamiento solicita a la Demarcación de Costas y a la Junta de Andalucía que el futuro paseo marítimo previsto «respete y ponga en valor» este entorno amenazado
23.11.09 - DIARIO SUR 01:30 - EUGENIO CABEZAS
TORROX
LOS PARTICIPANTES
.JACIENTO MEDINA, CONCEJAL DE MEDIO AMBIENTE
«Desde el Ayuntamiento apoyamos este tipo de iniciativas que persiguen la protección del entorno»
MAGGIE SILWOOD, RESIDENTE INGLESA
«Soy inglesa y llevo tres años viviendo en Torrox. Es un sitio muy bonito, pero creo que debería respetarse mucho más el entorno natural»
MARLON NEIDELINGET, ESTUDIANTE
«He venido con mi padre para limpiar de porquería estas dunas».Emulando a los protagonistas de la mítica serie de televisión de principios de los años noventa 'Capitán Planeta y los Planetarios', un grupo de voluntarios de la asociación medioambiental bautizada con este nombre, recogió ayer alrededor de 2.000 kilos de basuras en el entorno de las Dunas de Carraca, en Torrox-Costa. Este enclave natural, con unos 10.000 metros cuadrados de superficie, constituye el último ecosistema de tipo dunar de la Costa del Sol Oriental.
«Es un sitio muy amenazado por el urbanismo y la presión humana», comentó Txema Berdugo, presidente de la asociación medioambiental creada hace ahora dos años para promover actividades de este tipo. «Queremos proteger y pedir que exista más vigilancia y control en este entorno, donde hay catalogadas varias especies, tanto vegetales como animales, en peligro de extinción», dijo.
En este sentido, el ecologista apuntó la presencia de ejemplares de la conocida azucena de mar, lirio de mar, jacinto de mar o pancracio -pancratium maritimum es su nombre científico-, una especie vegetal vulnerable a la extinción, cuya presencia fue muy abundante en todo el litoral malagueño hasta hace apenas unas décadas y de la que hoy ya sólo quedan algunos ejemplares en la zona del Peñón del Cuervo, en Málaga, y en el otro ecosistema dunar de la provincia, las también muy amenazadas dunas de Artola, en Marbella.
En el apartado animal, destaca el chorlitejo patinegro, una especie de ave en peligro de extinción. «La SEO tiene documentadas cuatro parejas en esta zona», comentó Berdugo, quien mostró las varias decenas de bolsas con cientos de kilos de basuras y todo tipo de residuos que ayer recogieron de entre las dunas torroxeñas.
«Estas dunas se han conservado porque aún no se ha construido aquí el paseo marítimo. Hemos pedido a la Demarcación de Costas y a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía que cuando se construya este tramo del paseo, se haga respetando y poniendo en valor todo este entorno único en la comarca», apuntó, por su parte, el concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento torroxeño, Jacinto Medina (IU).
Efectivamente, esta franja del litoral torroxeño es una de las últimas zonas del litoral más oriental de la provincia que no cuenta aún con un paseo marítimo, y los bloques se que se ejecutan a escasos metros están paralizados desde hace meses como consecuencia de la crisis del ladrillo. «Ahí se iba a construir un hotel de cuatro estrellas, pero los promotores se 'esfumaron' con tres millones de euros de los socios inversores», explicó el edil de Medio Ambiente, quien también reclamó a la Delegación Provincial de Medio Ambiente la instalación de algún tipo de perímetro de seguridad, por medio de barreras de madera, para delimitar y proteger este entorno.
Ladrillos y hormigón
«Ha aparecido de todo, desde ruedas de carros, botellas, tubos, hasta bloques de hormigón y ladrillos enormes», comentó Miguel Rico, de 30 años, un vecino de Torrox que colabora habitualmente con la asociación Capitán Planeta. Como él, ayer alrededor de una veintena de voluntarios, de todas las edades y nacionalidades, participaron en esta actividad pionera.
«Soy inglesa y llevo tres años viviendo en Torrox-Costa. Me parece un sitio muy bonito, pero creo que debería respetarse mucho más todo el entorno natural», manifestó Maggie Silwood, de 60 años
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