¿Quiénes fueron aquellos judíos malagueños? ¿Cómo vivían?
¿Cómo se relacionaban con musulmanes y cristianos?
Una de las fuentes más fiables y solventes a las que se
puede acudir para responder a estas preguntas es el estudio Los judíos en la
Málaga de finales del siglo XV, que publicó en 2009 la historiadora María
Victoria García Ruiz en la revista Baetica. Estudios de Arte, Geografía e
Historia, que edita la Facultad de Filosofía y Letras de la UMA. García Ruiz
recuerda que, según el cronista Andrés Bernáldez, "al tiempo de la
conquista de Málaga había en Málaga alrededor de 450 judíos, que fueron
deportados como esclavos en octubre de 1487. Pero, pese a las deportaciones, se
fue recomponiendo la comunidad judía, constituyéndose incluso una judería que
albergaba con toda probabilidad una cifra de vecinos simular a la que existía
en época musulmana, si bien es cierto que su existencia fue efímera porque
desapareció tras el decreto general de expulsión de 1492".
Según Gozalbes Cravioto, los primeros testimonios sobre la
comunidad judía en Málaga se remontan al siglo XI, cuando "tras la
represión a la que se vieron sometidos los judíos de al-Ándalus se detectó en
Málaga la presencia de emigrados procedentes de Córdoba, lo cual implica que a
finales del siglo X ya existía en Málaga una comunidad capaz de servir de
refugio a numerosos judíos cordobeses". Desde finales del siglo XI hasta
mediados del siglo XII esta comunidad vivió una época de prosperidad, truncada
con la represión almohade que llegó a provocar la desaparición de la judería.
El cronista de Pero Niño confirma que la misma ya había vuelto a resurgir a comienzos
del siglo XV, vinculada a la Casa de los Genoveses dado que a ambos lugares
acudían los marinos a realizar sus negocios.
Sin embargo, ni éstas ni ninguna otra crónica del siglo XV
da pistas sobre la localización de la judería. En los Libros del Repartimento
de Málaga se recogen al menos referencias a un elementos imprescindible de toda
judería: la sinagoga, así como a la mansión de un judío opulento llamado
Abrahem Haçan próxima a la misma. Francisco Bejarano Robles fue el primero en
delimitar la Judería, a partir de los Repartimientos que él mismo editó en
1932, entre las actuales calles Alcazabilla, Granada, Santiago y Postigo de San
Agustín. A partir de la reconstrucción urbana de la Málaga nazarí,
posteriormente se pudo constatar que tanto la sinagoga como las casas
entregadas en 1488 al judeoconverso Fernán Beltrán se hallaban en una calleja
que se adentraba por la calle Redes y salía a la calle Real; por tanto, según
García Ruiz, "la calleja se encontraba entre las actuales calles Postigo
de San Agustín y Granada, ocupando con toda probabilidad parte del solar que
actualmente ocupa el establecimiento de Bodegas El Pimpi". Por
consiguiente, "no es desacertado pensar que el barrio de los judíos se
hallaba en este sector próximo a la Alcazaba, ocupando un tramo de la calle
Redes (hoy Postigo de San Agustín), que en otras ocasiones figura también como
barrera de la calle Monteros, pero sin perder de vista que la actual calle
Zegrí, llamada en los Repartimientos otra barrera de la calle Monteros, también
era parte de la judería".
Los judíos malagueños cautivados en 1487 fueron confinados
en Carmona. La reina Isabel no negoció su liberación hasta 1489, cuando muchos
de estos judíos regresaron a Málaga y se instalaron en el arrabal de la Puerta
de Granada. La presencia de judíos en la Málaga cristiana suscitó la queja de
numerosos vecinos ante el Concejo, y tras un primer decreto promulgado en 1490
por el que se conminaba a los judíos a abandonar la ciudad (tras lo que no
pocos cristianos heredaron las casas del arrabal), los reyes acordaron la
expulsión general en 1492. Unas 36 familias malagueñas salieron de los puertos
de Málaga y Almuñécar. Se estima que cuando se anunció la expulsión vivían en
el reconquistado reino de Granada unos 3.000 judíos. El resto es olvido.
PABLO BUJALANCE MÁLAGA HOY
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