miércoles, 4 de junio de 2014

El Museo Automovilístico amenaza con dejar Málaga y denuncia la «competencia desleal» de otros centros «subvencionados que reciben millones al año» del Ayuntamiento

La Antigua Tabacalera, sede del Museo Automovilístico de Málaga 

«Disculpe, las cosas del Ayuntamiento, ¿dónde se arreglan?». Lo pregunta un hombre que frisa la edad administrativa de jubilación, pelo canoso y camisa a cuadros, y quizá no sólo desconozca la ubicación exacta de las oficinas de gestión tributaria municipal, sino también la carga metafórica, casi poética, de su duda.

Pasan unos minutos de las once de la mañana bajo la sombra de uno de los pabellones laterales de Tabacalera, el inmenso recinto en cuya rehabilitación ha invertido el Ayuntamiento de Málaga más de 30 millones de euros. Y ese dinero no le ha traído muchas alegrías que digamos. Al fiasco de Art Natura hace dos años le ha seguido la espantada reciente de la universidad privada U-tad en el concurso para crear un centro digital. La pasada semana por fin parecía que llegaba una buena noticia con el acuerdo que debe traer a la antigua fábrica un centenar de obras y dos exposiciones al año del Museo Estatal Ruso de San Petersburgo. Pero el horizonte vuelve a tornarse oscuro.
Ese nuevo inquilino ocuparía desde el primer trimestre de 2015 el piso superior del módulo que acoge al Museo Automovilístico de Málaga. «Cuando el museo ruso entre por la puerta, yo salgo por la ventana», resume Joao Magalhaes, cuya colección compone el centro dedicado a los vehículos singulares y de época. Magalhaes no disimula su malestar, denuncia la «competencia desleal de los museos subvencionados que reciben millones (de euros) al año» por parte del Ayuntamiento y comparte sus más que serias dudas sobre el devenir de la iniciativa que va camino de cumplir cuatro años en Tabacalera. Tanto es así, que plantea sin ambages su intención de abandonar la ciudad (y con él, su colección), ya sea cuando finalice su contrato con el Ayuntamiento en la segunda mitad de 2016 o incluso antes de esa fecha.
Magalhaes reivindica para el Museo Automovilístico «el mismo trato que reciben los grandes museos en Málaga». Se mide el coleccionista y director del centro malagueño en el rasero de las inversiones municipales en proyectos como el CAC Málaga (3,1 millones de euros este año), el Museo Carmen Thyssen Málaga (2,1 millones), la sede del Centro Pompidou (un canon anual de un millón de euros durante un lustro, más obras en el recinto por 5,1 millones) o el Museo de San Petersburgo (con una asignación anual de 400.000 euros a lo largo de una década).


El coleccionista se detiene en esta última iniciativa que podría ser su vecina de arriba: «Sólo interesa si es una muestra absolutamente excepcional. Si es más un mediano museo de pintura o arte antiguo, quizá ya hay bastante en Málaga». Y añade: «Si ellos vienen y también el Pompidou en parte es gracias a mí, que he estado aguantando y manteniendo Tabacalera».
Soledad y perjuicios
Y sobre esa soledad levanta el director del Museo Automovilístico buena parte de su malestar. Recuerda Magalhaes que ofreció su colección de coches al Ministerio de Cultura español, que éste le planteó varios destinos y que se decantó por Málaga atraído por el «complejo de museos» planteado entonces por el Ayuntamiento en Tabacalera. «Fui perjudicadísimo con el colapso del Museo de las Gemas y el consecuente parón de las obras de rehabilitación (...) La entrada al complejo debería ser por la calle Pacífico (en la actualidad es a través de la avenida Sor Teresa Prat) y yo tendría derecho a un espacio en ese edificio del lado del mar que podría ser muy bueno para presentaciones, exposiciones temporales o tienda, además del anfiteatro que se iba a hacer allí», esgrime Magalhaes.
Desde el Museo Automovilístico no detallan su presupuesto para este año ni los ingresos en taquilla, de los que el Ayuntamiento debe recibir el 7% en virtud del contrato firmado entre ambas partes. Durante la inauguración del Museo Automovilístico el 17 de septiembre de 2010, Magalhaes calculó que el museo recibiría unos 120.000 visitantes al año, pero en su mejor ejercicio (2013) registró 47.105 visitas. Por su parte, el gobierno municipal invirtió nueve millones de euros en la reforma de los espacios de Tabacalera ocupados por el museo, al que ha destinado este año otros 200.000 euros.
Un respaldo que Magalhaes considera insuficiente, al tiempo que establece comparaciones con otros centros expositivos de la ciudad. «Sufro cada vez más con la competencia desleal de los museos subvencionados que reciben millones al año. Sin tener más mérito que yo. Al contrario. Estoy seguro de que ninguno de esos museos aguantaría más de un mes en Tabacalera solos y con las mismas condiciones que yo».
Y Joao Magalhaes lanza más dardos: «¿Sabe que el bus turístico me pidió 5.000 euros al mes para venir hasta mi puerta? El mercado turístico cultural de Málaga está envenenado. No hay igualdad de oportunidades para todos. (...) Estos últimos meses tuve que vender cinco coches para ir sobreviviendo (...) Por eso y, con mucha pena, no tengo posibilidades de seguir trabajando en Málaga».

Algo huele a quemado en el Museo del Automóvil. Y no son los motores ni los neumáticos.
ANTONIO JAVIER LÓPEZ Diario Sur



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