Con motivo de la exposición en el
Ateneo de Málaga:” Tranvías. El transporte urbano de viajeros en la ciudad de
Málaga” el histórico tranvía ha permanecido unos días en la Plaza de la
Constitución.
El tranvía número 63 estuvo en la
cochera de El Palo hasta su restauración parcial y expuesto en el paseo
marítimo Pablo Ruiz Picasso, junto al Morlaco. Allí, el tiempo, la cercanía del
mar, el salitre y el vandalismo provocaron su deterioro y su retirada para ser
reconstruido.
La Asociación Malagueña para la
Recuperación y Restauración de Tranvías y Autobuses Tran-Bus fue la encargada
de dichos trabajos. El presidente del colectivo, José Ramón Rodríguez, ha
indicado que contaba con 43 plazas, 21 sentados y 23 de pie, más los que se
subían "en el tope".
El billete costaba en 1922 unos
tres o cuatro céntimos, cantidad que subió a 15 en el año 40. Además, Rodríguez
ha resaltado que durante el verano se ponía a la venta un billete especial que
incluía la ida y la vuelta así como la entrada a los Baños del Carmen por 40
céntimos.
Para recuperar parte de la
historia de Málaga que es el tranvía, personal tanto jubilado como en activo
--fuera del horario laboral-- de la EMT y especializados en carpintería
emplearon más de 5.000 horas.
Así, se utilizaron maderas de
alta densidad como fresno, pino del Báltico e iroko; se limpió la estructura
metálica mediante la retirada de las pinturas antiguas, se realizó un
tratamiento antioxidante y antihumedad, se recuperaron los colores corporativos
del tranvía, con azul celeste en la parte baja de la cabina y en la delantera y
blanco en la parte superior.
El tranvía 63 plenamente
recuperado cuenta con carteles originales como su número de orden, un prohibido
fumar y un curioso prohibido escupir. Para su restauración se destinaron unos
25.000 euros de los que más de 6.000 los aportó Tran-Bus.
El histórico tranvía número 63 de
Málaga volverá a ser expuesto al público de forma permanente en la plaza de
Pedregalejo, junto al centro deportivo de la ACB.
La ubicación permanente ha sido
propuesta por los vecinos, teniendo en cuenta que es un entorno protegido, con
garantías de conservación frente a posibles afecciones por el salitre o los
propios actos vandálicos. Se trata de un enclave dotado de zonas verdes y un
parque infantil. Se prevé la instalación de cámaras de seguridad a través de
WiFi y otras medidas para proteger este vestigio, que en 1962 participó en la
película Lawrence de Arabia de David Lean. Europa press
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