La magnífica rehabilitación de la sede del Teléfono de la Esperanza regala una vida larga a esta vivienda construida en el año 1930
04-11-2009 LA OPINION DE MALAGA. Alfonso Vázquez
La calle Hurtado de Mendoza es una de las más bonitas de Málaga gracias a que la mayoría de las casas cuenta con protección arquitectónica.
A pesar de esta protección, algunas de las viviendas, de estilo regionalista del primer tercio de siglo, han driblado los vericuetos legales y han terminado en las escombreras (quienes plantean que al escudo de Málaga se le añada una máquina excavadora hablan en serio).
Pero en esta ciudad que derriba todo lo que impida el enriquecimiento rápido todavía hay excepciones y una de ellas es, precisamente, el número 2 de Hurtado de Mendoza.
Desde 1976 se ha convertido en ‘Villa Esperanza’, la sede del Teléfono de la Esperanza, y hace unos días acaba de estrenar una magnífica rehabilitación.
Gracias a la buena memoria del periodista Juan José Palop, el también periodista y ex compañero de este diario Luis Santiago ha podido reconstruir la historia de esta bellísima mansión, edificada en 1930 por la profesora de solfeo y piano María Lafuente de la Cuadra, que daba clases en el Conservatorio.
Parece que en la fiesta de inauguración se repartieron ‘cien pucheritos’, con el correspondiente caldo de puchero. Numerosos músicos y actores comenzaron su carrera en Villa Esperanza, que con los años compartió espacio (el piso de arriba) con un médico. Fue precisamente esta parte la comprada por el Teléfono de la Esperanza en 1976, mientras en la planta baja vivían dos sobrinas de la profesora, ya fallecida. Al morir las sobrinas en 1990, la institución se planteó comprar toda la vivienda. En toda su historia, la casa ha regalado a Málaga música y esperanza. ¿Hay una vivienda más digna de protección?
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