La portada de Los Baños del Carmen de los años 20 desaparecrá si se realiza el proyecto de Moreno Peralta |
Ser o no ser, esa es la cuestión
Hace falta
ser genial para decir de una forma breve y eficaz algo tan verdadero y
relevante y él lo fue, aunque periódicamente, nos preguntemos quien era él.
He dedicado
gran parte de mi vida, muchos esfuerzos y reflexiones a la defensa y protección
del Patrimonio. Y realmente sigo en ello aunque no sé si afortunada o
desafortunadamente, sin ninguna autoridad si es que alguna vez la tuve.
De todos los
argumentos con los que gustaba justificar mis afirmaciones que son muchos,
algunos generalmente compartidos otros dudosos, debatidos, increíbles... Este
era uno de los que más me gustaban «el incalculable valor de la existencia, el
ser».
Hoy quiero
hablar de los Baños del Carmen y me gustaría basar toda mi argumentación en su
ser porque los Baños del Carmen son; es algo verdaderamente incontestable. Pero
el ser como aquí se entiende no es cualquier cosa, es ser un enclave
fundamental en la imagen de Málaga, ser es constituir parte de muchas vidas,
permanecer de forma indeleble en la memoria colectiva.
Realmente no
hace falta proteger los Baños del Carmen , están protegidos pero de mi
experiencia en Planeamiento sé que la protección no es una garantía. Los
edificios protegidos también se caen y ahora qué. Sanciones, procedimientos,
denuncias... o simplemente nada... «ya no son, esa es la cuestión». ¿Es eso lo
que queremos?
Planteo este
interrogante a todas las instancias, ciudadanía, memoria colectiva, usuarios en
amplio sentido, vecinos, autoridades, Ayuntamiento, Jefatura de Costas...
gestores del conjunto, propietarios de la concesión... y realmente, dada su
situación, lo planteo con urgencia...
Ciertamente
es algo difícil de entender que un lugar tan hermoso esté tratado con tan poco
aprecio. Y esa es básicamente «la cuestión» porque, pienso, que el aprecio es
la única forma eficaz de protección, sólo sabemos cuidar lo que amamos.
Singularidad.
Los Baños del Carmen representan, aunque sólo fuera por su singularidad
topográfica, un enclave fundamental en la imagen de Málaga. Siguiendo a mi
insustituible Alois Rielg, representan, además, un caso paradigmático de
atribución del valor de «lo antiguo». Ante cualquier actuación se despierta un
estado de opinión que casi podría resumirse en: ¡mejor, déjalo como esta!
Desgraciadamente esto ya no es posible. Se mezclan argumentos paisajísticos y
ecológicos, opiniones científicas y profesionales pero lo que aquí interesa es
el sentimiento rememorativo entre la población en un sentido muy amplio.
Existe un
equilibrio tan delicado y tan frágil entre su ser actual y el discurso del
tiempo, hay tantas condiciones que podrían tomarse por banales y que no lo son
porque, precisamente, forman parte de su peculiar esencia. Que, sin duda, es
difícil tocarlos sin alterarlas.
En el
recorrido lineal de la costa, uniformemente convertida en playa significan una
singularidad por su perfil rocoso donde se produce una relación con el mar
diferente, un sonido distinto del agua, una entrada aventurada en el mar
(quizás con unas cangrejeras) saltando de roca en roca, ¡cuidado con el musgo¡
Esta singularidad le confiere, en aplicación de las doctrinas de Rielg, un
valor de contemporaneidad o artístico en razón de su unicidad «lo único se
convierte en un tesoro, en una obra de arte».
Y el paseo
marítimo ¿ por qué esa obligada uniformidad del paseo marítimo? No está hecho
para paradas militares. ¿No puede ser serpenteante, azaroso cambiante como es
la costa misma?
Bálsamo
verde. Hay una explanada, que fue camping, fue aparcamiento de carruajes, algo más
baja que la carretera y ocupada por grandes eucaliptos. Estos árboles no son
objeto genérico de protección alguna, incluso expertos y ecologistas los
consideran no autóctonos, lo que evidentemente son, emigrantes que no se ven
con buenos ojos. Constituyen, sin embargo, una gran masa verde de aroma
balsámico y forman un telón de fondo que hacen del conjunto un gran florero
verde sobre el mar azul. La diferencia de cota y el aislamiento de la carretera
le confieren esa «soledad y apartamiento del solitario bosque» que tanto
agradaba a Garcilaso y que todas las propuestas se empeñan en romper. No es
banal esta cuestión para comprobarlo sólo tienes que bajar y oír cantar a los
pájaros en una mañana de tráfico intenso.
Existe una
gran terraza con sus bordes irregularmente atacados por el mar desde donde se
da una visión panorámica resumen de la imagen de la ciudad.
El balneario
es un edificio cuadrado, simétrico y austero con grandes cristaleras cubierto
por una terraza que fue visitable pero ya difícilmente lo es, con su minúsculo
pabellón acristalado de cubierta a cuatro aguas con vuelo generoso y bordes
ligeramente levantados (el típico Lozano que favorece que agua de lluvia no
chorree la fachada). Esta terraza esta bordeada por pequeñas columnillas, 7 en
cada una de las cuatro caras, (mas adelante comprobaremos que faltan más de la
mitad) con lo que esa pérgola ligera con airosas mensulas en las esquinas como
las alas de una mariposa dispuesta a emprender el vuelo ya no existe. La
barandilla de la terraza de madera de generosas escruadrías y un despiece
rectangular, tampoco existe ya, tenía un aire inequívocamente japonés, como una
casa de té sorpresivamente enmarcada por eucaliptos y palmeras.
He visitado
la exposición de la propuesta presentada por la Entidad Concesionaria con
ilusión y esperanza. Evidentemente hay que valorar la intención de mantener los
valores rememorativos y de contemporaneidad que la ciudadanía le ha otorgado.
Porque ¿para quién o para qué restauramos?
Si hemos de
atender a las teorías más contemporáneas, no se hace para la verdad, ni la
ciencia, la cultura o el arte, se hace para los usuarios, para aquellos para
quienes estos objetos significan algo. Para los que reconocen su significado.
Pero esta
intención, lamentablemente, y a pesar de los valores humanos y profesionales
del autor de la misma, al que admiro y aprecio, son más literales que
efectivos.
Cambios. El pedregal no se mantiene, se
recrea a 5 ó 6 metros. Lo que significa avanzar la línea marítima con la
consiguiente complicación que podría suponer. Esto puede comprobarse en el
plano 05, donde la actuación se superpone a la foto aérea de estado actual. Con
lo que ese valor de unicidad se frustra a cambio de una pasarela peatonal que altera
radicalmente la condición del conjunto.
El borde
irregular de la terraza, testigo de tantos ataques y rompientes, que el mar ha
trabajado tanto por crear, se queda limpio, geométrico, pulido, y se le coloca
abajo un babero de madera que él tardara poco en comerse.
La actual
portada y el pabellón de la entrada no se mantienen lo que altera los límites y
la unidad del conjunto, el concepto de acceso único a un espacio privilegiado
su esencia, en definitiva, su ser. Tampoco se recuperan las columnillas ni la
pérgola de la terraza, la airosa mariposa nunca podrá emprender el vuelo.
«La soledad
y apartamiento del solitario bosque» que tanto agradaba a Garcilaso se destroza
a cambio de unos cuantos coches (muchos menos si tenemos en cuenta las rampas
de entrada y de salida) y otro paseo para paradas militares de casi 10 metros.
Se crean unas rampas en diagonal (¿hasta cuándo estaremos expuestos a los
dictados de la deconstrucción?) que continúan el machaque implacable de «la
soledad y apartamiento». Y aun otra pasarela lanzada a las profundidades del
mar. En la esquina más recóndita se sitúa un equipamiento deportivo y un
pequeño anfiteatro que incrementa la acumulación de objetos y,
consecuentemente, el presupuesto para la intervención.
El hotel. En
relación con este dato nos referiremos a la propuesta del hotel. Por descontado
no entramos a analizar dicha propuesta porque así es como está expresado en la
exposición. Se trata únicamente de generar fondos para la regeneración del
conjunto. Es dudoso que una actuación de este tipo en la situación actual sea
rentable, incluso más que suponga un excedente.
De todas
formas éste es, en gran parte, el problema, porque plantear una edificación en
una zona verde es generar automáticamente un informe negativo. No puede ser de
otra forma.
Entiendo que
si se planteara en una primera fase una actuación más modesta, sin rampas
pasarelas, edificaciones cuyo uso no es inminente. Simple, necesaria y correcta
rehabilitación de lo existente, tanta financiación no sería necesaria ni tanta
complejidad administrativa, ni tanto hiriente debate.
Una vez
realizado este auténtico ejercicio de evergetismo que es lo que el lugar y la
ciudad esperan, podrían plantearse las propuestas y consiguientes
modificaciones de Planeamiento que fueran procedentes.
De no ser
así entiendo que la entidad responsable o, en su caso, el Ayuntamiento deberían
plantear la clausura del conjunto por el riesgo que su uso en las
circunstancias actuales supone, empezando por retirar, con las exigidas cautelas,
los 8 depósitos de uralita inservibles que permanecen allí.
*Mª Eugenia
Candau es arquitecta. Funcionaria de la Gerencia Municipal de Urbanismo.
Publicado en
La Opinión de Málaga 25/08/2013
1 comentario:
Buenas tardes Mª Eugenia,
Nos ha parecido estupendo tu artículo. Creo que has explicado perfectamente lo que pensamos y sentimos muchas personas.
Un grupo de gente (asociaciones y vecinos) estamos trabajando ahora en una Plataforma vecinal para defender los Baños del Carmen. Y decimos bien, "Defensa de los Baños del Carmen", porque estamos a punto de que no existan. Existirá otra cosa, existirá un "muelle uno" bis con un restaurante "de excepcional calidad" en el edificio actual, existirán unas ruinas clausuradas, o ruido y cemento, pero no serán los Baños del Carmen, será algo distinto y peor porque los Baños del Carmen tal como los queremos habrán desaparecido. Somos muchos los que apreciamos este lugar, que está en peligro.
Envío la dirección de correo de la Plataforma: balneariocarmen@gmail.com, por si puedes ponerte en contacto con nosotros. Estaríamos encantados de poder hablar contigo.
Un saludo,
María Aldama Asociación de vecinos El Palo - Plataforma Ciudadana en Defensa de los baños del Carmen
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